A diputadas y diputados locales de la LXV Legislatura del Congreso del Estado. | ||||
A LA SOCIEDAD VERACRUZANA; | ||||
Domingo 20 de Octubre de 2019 | ||||
Por: | ||||
El personal de confianza del Congreso del Estado, conformado por 274 hombres y mujeres, quienes prestamos nuestros servicios en las diversas áreas de este Poder, expresamos nuestra inconformidad y desmoralización, ante la decisión sorpresiva e inexplicable, que se ha tomado en contra de nuestros derechos humanos y derechos laborales, al habernos excluido y discriminado, negándonos el estímulo modesto que, en el marco del Día del Empleado Estatal se brinda a todo el personal de la sede legislativa cada año y que, en este 2019, pese a que ya estaba debidamente presupuestado, no nos dieron sin mayor explicación. Vale hacer del conocimiento de la ciudadanía que, en promedio nuestro salario mensual ronda entre 10 y 15 mil pesos y que, el estímulo negado es de mil 500 pesos, por lo que el monto total negado es de 411 mil pesos, recurso que, a la fecha, desconocemos en qué o para qué será utilizado. Esos mil 500 pesos podrían parecer poca cantidad, pero son pesos ganados con esfuerzo, con sacrificios de horarios; de tiempo de estar con la familia. Son pesos devengados con vocación de servicio, eficiencia y profesionalismo, en el cumplimiento de diversas tareas, ya que las cargas de trabajo y el nivel de compromiso con nuestros superiores jerárquicos, nos obligan a desarrollar y resolver labores sustanciales, desafiantes y hasta de carácter privado o particular, fuera de tiempos y de la sede de trabajo. Faenas a las que no hemos puesto condición, ni queja ni remilgo. Las y los empleados de confianza tenemos a nuestro cargo, la elaboración de iniciativas y reformas legales, investigación de contenidos, boletines, datos, cifras; discursos, entrevistas, redacción de documentos, textos, ponencias, atención y seguimiento de gestiones de las y los Legisladores ante instituciones y dependencias. También, damos atención ciudadana a demandas y solicitudes de grupos y colectivos sociales; nos multiplicamos para la organización de eventos, conferencias, encuentros; fungimos además como asistentes y secretarios /as particulares o privados, jefes o jefas de oficina; cubrimos tareas secretariales, operativas y hasta como acompañantes y conductores; además de laborar, a petición de las y los legisladores, como operadores políticos y sociales. No hay respiro, ni pretextos para no cumplir. Sin demeritar el trabajo del resto del personal de base de confianza, que suma 44 personas; del personal sindicalizado que se conforma por 303 compañeras y compañeros y, de los administrativos que son 36, sobre nosotros, los empleados de confianza, descansa una enorme responsabilidad, la cual cumplimos día a día con entrega, esfuerzo y compromiso. Somos también empleados al Servicio del Estado de Veracruz, al Servicio del Poder Legislativo y nos sentimos honrados y orgullosos de esa invaluable oportunidad, pero es preciso externar que la exclusión de la que fuimos objeto, nos hace sentir como trabajadores de segunda, cuyo trabajo no mereciera ningún valor, pues a todo el personal se le entregó un reconocimiento económico en el marco de este 21 de octubre, Día del Empleado Estatal, salvo a nosotros. Cabe resaltar que, como personal de confianza, no tenemos las prestaciones y beneficios de los que gozan el resto de los trabajadores. Tanto es así que, indebidamente cuando firmamos o renovamos contrato, nos han obligado a firmar la renuncia, lo que es inconstitucional e ilegal. Sabemos que al manifestar públicamente esta gran inconformidad por vernos maltratados y discriminados como servidores públicos y arrinconarnos al triste estatus de colaboradores demeritados y subvaluados para quienes gobiernan el Congreso del Estado, estamos arriesgándonos a la represión, a la hostilidad, a las represalias y a la reprimenda, que pueden llegar hasta al despido injustificado. Pero en toda democracia, es derecho de la ciudadanía manifestar sus reclamos y propuestas y en todo sistema político, bajo el régimen democrático, los salarios de las y los trabajadores son intocables, de la misma forma que el respeto a sus derechos fundamentales, como lo ordena la Constitución y los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano es parte. Trabajamos por necesidad, como parte del estrato social medio, que vive estrictamente de su salario y que, en estos tiempos, apenas alcanza para sobrevivir, pero somos gente de trabajo y necesitamos nuestro empleo para sortear las precariedades que ya son evidentes para la mayoría de las y los veracruzanos, en el acceso a la salud, a la educación, al empleo, a la vivienda, a la alimentación, a la paz y seguridad; en suma, a la calidad de vida digna. No obstante, consideramos una gran injusticia y un atropello sin justificación, a nuestros derechos laborales y humanos, habernos excluido de ese pequeño estímulo, que, para los demás compañeros de base y sindicalizados fue pagado en tiempo y forma y, para nosotros negado, insistimos, sin ninguna razón. Estamos conscientes de la política de austeridad que abandera la mayoría partidista representada en el Congreso del Estado, en el Gobierno estatal, en réplica a lo decidido a nivel federal. Sin embargo, como personas pensantes y enteradas del acontecer nacional y de los procesos políticos que ha emprendido la llamada Cuarta Transformación, consideramos grave que a quienes menos se les paga, se les segregue y se les nieguen sus derechos. Asimismo, es preciso dar a conocer que, recientemente se nos obligó a registrar nuestra huella digital para tener más control de entradas y salidas, de cara a la presunción de la existencia de de “aviadores y aviadoras”, es decir, de personas que han cobrado salarios robustos, durante varias Legislaturas, sin presentarse a trabajar, lo que resulta igualmente injusto y arbitrario, ya que por unos cuantos recomendados, todas y todos estamos siendo prácticamente acosados y hostilizados, al grado de que el personal de seguridad nos está grabando con celulares y tabletas todo el día. Es ilógico que siendo nosotros prácticamente empleados “todólogos”, casi “milusos”, se nos imponga una política de hostigamiento laboral, que también trasgrede los derechos humanos y que lastima integridad y dignidad humana. Además de lo anteriormente expuesto, queremos externar nuestro temor, a ver recortado nuestro aguinaldo este fin de año. Hay rumores de altos niveles que sugieren que aplicarán la misma política discriminatoria para nosotros, con respecto a este estímulo que, debe ser entregado y que ya está presupuestado, por Ley. Como miles de familias en Veracruz lo padecen, ante la crisis económica actual, muchos de nosotros hemos adquirido deudas para salvar el mes, tenemos situaciones agobiantes de pagos y créditos y, como todas y todos los veracruzanos productivos, contamos con el Aguinaldo para tener un respiro y poder saldar adeudos y cubrir otros gastos. Quienes han dejado correr el rumor, aseguran que en las altas esferas del Congreso del Estado se ha decidido ya que, el pago de dicha prestación será recortado al mínimo, es decir habrá más sacrificio y golpes para nuestra labor. Este supuesto se contrapone a lo que todas y todos sabemos en la sede legislativa: Que estos recursos ya fueron debidamente presupuestados en el ejercicio fiscal de este año 2019, desde fines del año pasado, por lo que argumentar que no hay dinero para ese pago, es totalmente falso. No hay razón jurídica, presupuestal, ni moral para dicho proceder, pues insistimos, nos están dañando el bolsillo a los que menos tenemos, a los que menos ganamos, a los que tenemos menos certeza laboral. Esto es una injusticia, pues representamos una fuerza laboral importante, estratégica y calificada para el quehacer óptimo del Poder Legislativo en Veracruz. Hacemos un llamado por este medio, a las Diputadas y a los Diputados, al Secretario General, a las y los Directores de Área, a los jefes y jefas de Departamento, a quienes servimos, a quienes dedicamos nuestro servicio, ingenio, experiencia, conocimientos, profesionalismo y esfuerzo extra, a honrar nuestra sede soberana, la casa del Pueblo de Veracruz, pueblo que también somos nosotros, donde se hacen y se reforman las leyes que todos y todas debemos respetar y acatar a la letra. Les pedimos con toda la fuerza de la verdad, la Ley y la justicia, apoyarnos solidaria y determinantemente para subsanar la trasgresión de nuestros derechos humanos y laborales y para que se nos pague lo que nos corresponde por Ley, sin distinciones, ni pretextos, como lo consagra el Artículo Primero de la Constitución Federal. No somos empleados de segunda, ni de tercera, somos veracruzanas y veracruzanos honrados, un capital humano leal e institucional; estamos comprometidos, somos responsables y profesionales, entregamos los mejor de nosotros mismos, para enaltecer al Poder Legislativo del Estado. La lealtad, la gratitud y la correspondencia en la alta política, son principios irrenunciables que nos rigen. La calidad, la eficacia, la honestidad y la disciplina en el servicio público son valores que abanderamos cada día desde nuestros espacios. Somos sus colaboradores, no nos dejen solas y solos frente a decisiones que nos lastiman, que nos maltratan y desmoralizan y nos vulneran como ciudadanos y profesionistas. Si no es posible aspirar a un salario más justo acorde a las necesidades que nos angustian, en sintonía a la calidad y compromiso en el trabajo que está probado, por lo menos, dénos su respaldo en el respeto de nuestros derechos fundamentales. Reclamamos el pago del estímulo mutilado y demandamos el pago del Aguinaldo con equidad, como lo ha hecho el Poder Legislativo, Legislatura tras Legislatura, ni un peso menos ni un peso de más. Estos estímulos y pagos por Ley, para el personal de confianza, no son regalos, ni dádivas, ni concesiones; tampoco limosnas. Son la retribución justa y equitativa, al nivel de resultados que entregamos día a día. Hemos dejado la vida entera a lo largo de este año de trabajo, en nuestras oficinas y también fuera de ellas en el cumplimiento de nuestro deber y nadie puede regatear el mérito, la lealtad y ala efectividad que hemos demostrado. Nos hemos ganado con sudor, con lágrimas, con desvelos, con esfuerzos extras, estas prestaciones y estímulos, tanto así que, cuando aprobaron el presupuesto para el ejercicio fiscal 2019, no nos los negaron, los consideraron. ¿Por qué ahora negarnos ese reconocimiento, ese aprecio al trabajo? No entendemos la razón por la cual ahora, ni aceptamos que, casi al final del ejercicio fiscal 2019, nos estén cercenando así los estímulos y así la moral y la vocación de servicio. Los convocamos a dar certeza a la sociedad veracruzana de que, en el Congreso del Estado, las leyes y los derechos se respetan, se hace valer, empezando por los de casa. ATENTAMENTE LAS TRABAJADORAS Y LOS TRABAJADORES DE CONFIANZA DEL CONGRESO DEL ESTADO DE VERACRUZ 21 de octubre de 2019. DÍA DEL EMPLEADO ESTATAL |
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