El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2023 entregado por la Secretaría de Hacienda a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre, propone un gasto total de 8.3 billones de pesos, mayor en 11.6% al de 2022. Según Bloomberg Línea del 9 de septiembre, el 51% de este gran total irá a solo cuatro rubros: el costo financiero de la deuda pública, las pensiones y jubilaciones, las participaciones a los estados (gasto programable) y los programas prioritarios del presidente (gasto no programable), incluidas desde luego las obras emblemáticas de su Gobierno (Refinería de Dos Bocas, Tren Maya y Aeropuerto Felipe Ángeles, AIFA).
Al servicio de la deuda se destina un billón 079 millones de pesos (todas las cantidades están dadas en términos reales), 29.9% más que lo destinado en este 2022. El medio citado aclara que el incremento sustancial en el servicio de la deuda no se debe a un mayor endeudamiento sino al alza acelerada de las tasas de interés de los principales Bancos Centrales del mundo con objeto de contener la inflación. A las pensiones y jubilaciones se destina 1 billón 333 mil millones de pesos, 8.4% más que en este año; las participaciones de los estados ascienden a 2 billones 432 mil millones de pesos, 9.9% más que en 2022 y, finalmente, los programas prioritarios consumirán 600 mil 321 millones de pesos, prácticamente 100% más que los 331 mil 977 millones de pesos de este año.
Como se ve, los programas prioritarios del presidente (16 en total) constituyen el rubro menor entre los cuatro grandes que se mencionaron, pero, a cambio de eso, registran el incremento mayor. También se ve fácilmente que, descontados estos cuatro rubros, queda solo el 49% del total para atender otras necesidades básicas como el desarrollo del país y el bienestar de la gente, tales como la inversión en infraestructura productiva (caminos, carreteras, autopistas, puentes, puertos y aeropuertos, así como el mantenimiento de la infraestructura ya existente), electricidad, vivienda, agua potable, educación, salud y seguridad pública, entre las más destacables. ¿Cómo se explica este explosivo crecimiento del presupuesto para los programas prioritarios del presidente?
Aunque el incremento del presupuesto es notablemente grande, si se mira con cuidado la distribución que propone Hacienda, resulta que el traje confeccionado por Hacienda le queda muy ajustado al país, tanto que bastará con que alguno de los supuestos económicos en que se sustenta no se cumpla, para que sus costuras revienten y haya necesidad de instrumentar recortes al gasto que, seguramente, irán en contra del bienestar de los estratos de menores ingresos.
Según el conocido economista Enrique Quintana, director del diario EL FINANCIERO, estos son los supuestos del paquete económico que, a su juicio, resultan “muy optimistas”: 1) El crecimiento de la economía, que estima en 2.4% al cierre de este año y del 3% para 2023, mientras que la opinión de los expertos consultada por Citibanamex, espera el 1.9% para el cierre de 2022 y 1.4% para 2023. 2) El índice inflacionario. Estima que este año cerrará en 7.7%, y en 2023 en 3.2%; en contraste, los expertos esperan 8.2% para el cierre de este año y 4.5% para el año próximo. 3) El tipo de cambio. Supone que el año que viene cerrará en 20.60 pesos por dólar, mientras que los expertos predicen 21.50 pesos. 4) Tasas de interés. Calcula que en 2023 serán del 8.5%, cuando los especialistas pronostican un 9.38%. 5) Crecimiento de los Ingresos del Gobierno. Estima que estos ingresos crecerán 7.4%, y que los ingresos tributarios en particular crecerán un 9.9%. Este porcentaje se calcula suponiendo que el año que entra ya no hará falta subsidiar las gasolinas, lo que liberará 361 mil millones de pesos.… |
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