A pesar de que el siglo XXI es el siglo de la información, es claro que el ideario de la Ilustración sigue siendo desconocido. Aquella máxima de Voltaire: no comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tú derecho a decirlo, se ha convertido en un lugar común para los discursos del día de la Libertad de Expresión y las discusiones sobre religión y futbol. Viene esto a cuento porque una de las características, indeclinable, de las redes sociales es el derecho de los cibernautas a decir lo que piensan.
En este sentido, sabemos que las redes se han convertido en un espacio alternativo y desafiante a la comentocracia, a la verdad oficial y oficiosa. Todo aquel que defienda una causa porque cree en ella, tiene el derecho irrestricto de hacerlo en público y argumentar sus posiciones, aunque que en muchas ocasiones el asunto acaba en una retahíla de insultos, pero al final del día no pasa a mayores. Sin embargo, lo preocupante es el aumento de las ciber-tropas para manipular Facebook, Twitter y otras redes sociales para influir en la opinión pública, difundir información falsa y perjudicar a los críticos, según un nuevo informe de la Universidad de Oxford Internet Institute (Troops, Trolls and Troublemakers: A Global Inventory of Organized Social Media Manipulation).
Una de las estrategias es el empleo de bots que son códigos generados para saturar las redes con spam (hasta 1,000 publicaciones por día) y difundir noticias falsas. Otra táctica de manipulación es el empleo de perfiles fakes que son cuentas falsas, en las que nos encontramos con un usuario que no existe, o al menos que no existe con ese nombre real. Uno de sus objetivos principales es inflar el número de seguidores de un político, partido político, empresa, etc.
Es necesario hacer énfasis en la presencia en el cibermudo de los famosos Trolls que muestran una actividad cada vez mas beligerantes conforme se acercan las elecciones, que no son mas que usuarios a sueldo que en defensa del titiritero practican el stalkeo, neologismo que deriva de la palabra stalking y que significa acecho, persecución. Estos personajes invaden las conversaciones sin ser requeridos, hacen amenazas veladas, intimidan, todo por un plato de lentejas. Subrayo, no son los cibernautas que en defensa de su ideal se ponen intensos, no, se trata de jilgueros digitales organizados de gobiernos y partidos políticos.
Sin embargo, pese a todo lo anterior, encontramos muchos aspectos positivos en las redes sociales. No obstante que tratar de ocultar la realidad es una empresa inútil, la intentona sirve para descubrir el tufo autoritativo de algunos gobernantes que no quieren dejarnos ningún resquicio de actuación.
Los invito a hacerme llegar sus comentarios, opiniones o ideas y nos leemos en la siguiente entrega, un abrazo.
#TipSocial
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