Partiendo de la base, de que el cese al fuego o la tregua, siempre la pide el que va perdiendo; y con ello quiere reagruparse para seguir en la lucha; nunca el que va ganando. Por lo que la tregua propuesta por Washington, que previamente Ucrania ha aceptado sea por 30 días; se puede estar seguro de que el presidente Putin no la aceptará…
“Estamos de acuerdo con la propuesta del cese de hostilidades, pero creemos que este cese debe de conducir a la paz duradera y erradicar las causas que originaron la crisis”. Lo que en otras palabras quiere decir, que el Kremlin no se moverá un ápice hasta que no se cumpla todo lo que desde un principio, en junio pasado, se estipuló:
La renuncia de Kiev a sus planes de unirse a la OTAN, como primer paso. Y fuera el ejército ucraniano de los territorios rusos -al fin se habla en los medios de que la ¡invasión! de Ucrania fracasó -a ver con que cara van a salir los comentaristas que odian a Putin y todo lo ruso; cuando siempre han dicho todo lo contrario…
En ese entonces, desde Kiev respondieron que las exigencias de Putin eran ofensivas para el sentido común. Y desde la OTAN, en ese entonces su secretario general, el noruego Jens Stoltenberg, declaró que la propuesta de Rusia para terminar la guerra “era de mala fe”. Cuando hoy ya se habla de gas barato para Europa a través de un gasoducto directo desde Rusia, haciendo a un lado a Ucrania…
A todo esto, el diputado eslovaco Lubos Blaha, ante el Parlamento Europeo, dijo: “No seamos ingenuos, Nos guste o no, dada la situación en el campo de batalla, es realmente Rusia la que puede establecer las condiciones; ya que es quien está ganando en el campo de batalla. Nadie más”…
Cambiando de tema…
De poco o nada servirá el nuevo intento del gobierno federal de ver por la salud de sus ciudadanos, especialmente los jóvenes, prohibiendo que en las escuelas se venda comida chatarra. Pero en tal disposición debe de incluirse a las Universidades, para que resuene fuerte el fracaso…
Y si considero que la medida no funcionará, porque lo mimo se ha intentado de diferentes maneras y nunca ha operado por estar mal enfocado el esfuerzo. No es a los niños, a los jóvenes a los que hay que convencer de que comer porquerías tendrá serias repercusiones en sus vidas de adultos. Eso no lo entienden ellos. A esas edades nadie, o muy pocos, piensan en que serán viejos y que se enfermarán…
De poco o nada servirá todo eso, si las madres, los padres también, pero principalmente las madres, les den dinero a sus hijos; pues lo que no encuentren dentro de la escuela, lo encontrarán en la tienda de la esquina y todo el esfuerzo se habrá perdido. A quienes hay que dirigir la campaña es a las madres…
Motivarlas de cualquier forma, incluyendo el presentar casos de jóvenes diabéticos: los problemas y limitaciones a los que se enfrentan; y a sus madres, que sin duda sufren con tener un hijo enfermo de un mal, de un padecimiento, que se puede prevenir con una alimentación sana. Los hijos no queremos heroínas, queremos mamás…
En mis tiempos, ya hace muchos años, en las escuelas se sabía que mamás mandaban a sus hijos con las mejores tortas. Y nos apuntábamos para el cambalache. Finalmente, la salud no es responsabilidad del Estado, es una responsabilidad propia; y cada cual debe de ver por ella comiendo y llevando una vida sana. Y eso se aprende desde la casa.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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