Allá por los años 70s, una delegación de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, con motivo del importante descubrimiento arqueológico que hoy se conoce como El Ejército de Terracota, fue a China...
Entre ellos iba el Doctor Habib Nasser Quiñones, un excelente traumatólogo jefe de asesores de la SSA; con quien me unió una entrañable amistad hasta su muerte. No recuerdo el por qué no fui y me perdí de ver esa maravilla que fue construida más de 200 años antes de esta Era de úsese y tírese...
8,000 soldados de ¡arcilla! todos con rostros distintos; 600 caballos y 100 carros de combate. Más los artistas y los utensilios de la época. Y todo de barro, hecho exprofeso para que el Emperador Qin Shi Huang tuviera quien lo defendiera en el más allá...
No solo hay que imaginar el poderío económico de esa sociedad; y la forma en la que consideraban como dioses a sus emperadores; para preguntar: ¿Qué les pasó? Porque hace 70 años, lo que producía China era de muy mala calidad...
Sin embargo, para cuándo fue la delegación de la SSA a China, el Doctor Nasser trajo filmaciones de trasplantes de mano, que hoy todavía no hacen con tanto éxito ni aquí en México ni en ninguna otra parte del mundo...
México ha tenido contacto con China desde 1565. De recordar La Nao de China, que unos decían que venía de Filipinas y por ello le decían El Galeón de Manila. Pero entre los inventos chinos están...
La brújula, el timón y la quilla de los barcos; el papel, la pólvora, el cepillo de dientes, la imprenta, el ábaco, los cometas -papalotes- que remontaban a vigías que desde el aire dirigían las batallas, los fideos, la seda, la tinta, el papel moneda y ¡el fútbol! entre muchos otros más...
Hoy los productos chinos son de altísima calidad. Acaban de presentar un avión caza de 6ª generación, impresionante en su desempeño y además bellísimo. Y no han de haber muchos productos manufacturados que no tengan algún componente chino...
Pero todo esto lo traigo a colación, porque ha sido noticia el que han incautado millones de productos chinos que, al parecer, entraron sin pagar impuestos. Pues bien...
Acudí a una tienda donde venden productos chinos y me quedé sorprendido. No solo por la enorme variedad de productos que tienen y a precios que son inexplicables. Ni qué decir de la esmerada atención de sus empleados, todos mexicanos, por cierto...
Lo ordenado y limpio que estaba todo, podría pensarse que ese día habían inaugurado el establecimiento. No faltaba el precio y la descripción del producto en ningún lado. No soy comprador compulsivo, pero ve uno cosas tan bonitas, tan originales y a tan buen precio; que, sin duda, para las mujeres debe de ser un placer deambular por sus pasillos...
No por nada Publio Ovidio (43 - 17 de esta Era) no el hijo de “El Chapo”, sino el poeta romano, autor del “Arte de Amar”, ha sido quien ha dado la mejor definición que he escuchado sobre la mujer: “Es un ser que siempre está comprando algo”. Tienen que ir. De verdad vale la pena.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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