Algún día cayó en mis manos una revista, un cuento, de Superman, el mítico héroe de la humanidad. El caso es que Kriptón, su Planeta estaba estallando -supongo por andar jugando a las bombas atómicas-...
Por lo que fue lanzado por sus Padres al espacio. Y por azares del destino, vino a caer en La Tierra. La historia todos la conocemos. Pero en ese capítulo al que me refiero, al destruirse Kriptón, también lanzaron al espacio a una bola de delincuentes de lo peor que estaban presos...
Eran la escoria, la basura, la porquería, lo más ruin de esa sociedad. Pero coincidente e infortunadamente, también aterrizaron, es decir, cayeron aquí en La Tierra Y no sin antes cometer barbaridad y media, solo imaginable en los cómics de horror, fueron vencidos y lanzados de vuelta al espacio por Superman...
Quien, para asegurarse de que nunca regresaran, personalmente los puso en alguna otra órbita que los alejara de nosotros para siempre; y se regresó. Ya saben que él podía ir y regresar a su antojo. Y colorín, colorado...
Solo que hay otra versión ultra moderna, e inédita. Tan es así que hoy y aquí se estrena y se da a conocer al mundo entero que, apoyada en una seria investigación científica, se asegura que el cuento no terminó ahí. Y el autor de tan singular teoría, reta a cualquiera a que le demuestre que es falsa...
Pues al vencer Superman a los ultra-malos; algunos se lograron esconder. Y el héroe de azul y rojo, a pesar de su visión de quien sabe qué rayos, pero que todo lo ve; haciendo valer el adagio de que al mejor cazador se le va la liebre; pues no los vio...
Y estos malévolos seres que lograron escapar de la justicia, se diseminaron por todas partes. ¡Y existen! Esos ultra-malos están entre nosotros. Por ahí dicen que están en los Partidos Políticos; pero lo cierto es que ya están por doquier...
Solo así se puede entender lo que sucedió en la Universidad de Pittsburg, donde en apoyo de la ciencia, se invirtieron casi 11 millones de dólares en experimentos con gatos. Es horrorizante e indescriptible la maldad de estos individuos. Lo que hicieron con esos animales es repugnante y denigrante para el ser humano...
Y qué decir de la nota del pasado 23 de diciembre -que me había resistido a comentar por la maldad que entraña- donde en San Luis Potosí, un niño de 2 años fue asesinado ¡a puñaladas! y arrojado a un lote baldío...
Qué hay que tener en el cerebro para ser capaz de tanta perversidad. Hasta dónde hemos llegado; no. Hasta dónde hemos caído. Qué tiene que pasar, para entender que algo no lo estamos haciendo bien, cuando en una sociedad sucede lo que nos está pasando...
Es basura lo que más hacemos los seres humanos. Solo hay que salir a las calles y ver en todas las esquinas los montones que las Autoridades no recogieron por ser Navidad. Pero nos decimos civilizados...
Yo confieso que nunca he leído a Los Simpson; pero sé que han predicho cosas que posteriormente suceden. Al guionista, unos lo hacen espía de la DEA que da a conocer los planes secretos...
Otros dicen que tiene comunicación con el futuro. Y otros más, dicen que no tiene comunicación con el futuro, que eso es imposible, que él viene del futuro y por eso sabe lo que va a pasar...
Tal vez somos descendientes de la basura que escapó de las cárceles de Kriptón. O tal vez es cierto, que si todos somos el resultado de lo que hemos comido; por comer porquerías, en eso nos hemos convertido...
De ser así, la solución es fácil, pues es personal, es decir, la solución depende de todos y cada uno de nosotros. El problema son los que quieren que el mundo cambie, sin cambiar ellos. Y eso sí que no es posible.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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