Solo quienes han visto las terriblemente desgarradoras escenas de lo que es una hambruna, ahora en Gaza, pueden entender los alcances del sionismo, que no solo expone lo más vil del ser humano; lo glorifica...
No permitir la entrada de la ayuda internacional a quienes huyen de la guerra y se refugian en los escombros de lo que antes fueron ciudades, va más allá de la perversidad. Aunque se argumente que los milicianos de Hamás ahí se esconden...
A pesar de que, en los Códigos de la Guerra, el matar civiles no está permitido. Pero tampoco nunca se ha respetado. Ahí están Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y Nagasaki tres días después. Para finales del 1945 ya contaban más de 210 mil muertes, tanto por la explosión, como por las consecuencias de la radiación. Y todos eran civiles...
Qué decir de Jericó, donde gracias a la intervención divina y su complicidad, sus antepasados cometieron toda clase de barbaridades llevando a cabo el primer genocidio divino del que tiene memoria la humanidad...
No obstante, ahora sus descendientes lleven a cabo otro genocidio, ésta vez en Gaza, matando de hambre a los palestinos, que en número aproximado de 45 mil, han muerto desde el inicio de las hostilidades...
Y si cualquier tipo de asesinato es terrible, el que las víctimas sean niños ¡que mueren de hambre! solo ellos y don Jehovah podrán digerirlos. Pero eso no quiere decir que podrán evitar que semejante atrocidad se les regrese...
Y todo esto, sin que la comunidad internacional haga otra cosa que emitir comunicados censurando los hechos. Cuando lo que habrían de hacer, es suspender las relaciones de todo tipo con los sionistas, hasta que cesen las hostilidades y le regresen a Siria Los Altos del Golán que se agandallaron aprovechando el derrocamiento de Bashar El Assad...
Sin embargo, se duda que los hijos escogidos de don Jehovah, vayan a regresar esas tierras. Porque si no acataron la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, emitido en noviembre 22 de 1967, ordenando el retiro de las tropas israelitas de los territorios ocupados en la guerra de del Yom Kipur en octubre de 1973, es de dudarse que ahora le fueran a hacer caso...
Pues como hace unos días en este mismo espacio acotamos: Las guerras no tienen reglas. Es la Ley del más fuerte y del más mentiroso. En el caso de nuestro México, enfrentar al tú por tú a los EE.UU. es de antemano saber que se va a perder ante el más fuerte...
Basta de mentiras de un México libre, soberano e independiente. Yo dudo mucho que los mexicanos nos vayamos a unir para combatir al invasor, como les dicen a los yanquis los políticos otrora distanciados; cuando el invasor aún no ha llegado como tal; sino con la autorización que los morenos del Senado les otorgaron...
Y si no nos unimos para protestar cuando cometieron el fraude electoral que ahora padecemos- Pensar que nos vamos a unir para pelear contra los gringos que vienen a hacer el trabajo que el Gobierno no ha hecho; pues lo veo difícil...
Y, además; con qué armas vamos a combatirlos. No podemos con la delincuencia organizada, menos vamos a poder con los cárteles y todavía menos con los yanquis. Y sería criminal enviar a nuestros soldados a una muerte segura...
Pero no hay mucho por qué preocuparse, los yanquis van a atacar a los cárteles con drones para eliminar a sus líderes, previamente localizados por las transmisiones satelitales. Como los que usaron para eliminar a Osama Bin Laden; o al General Ismail Haniyeh líder de Hamás durante su visita a Irán.
En la otra guerra...
Ya con escaso valor periodístico, El País, que desde Madrid escribe solo lo que le convenga y reditúe dinero, ahora sale con que Ucrania se defiende de las tropas rusas en Donetsk y de las norcoreanas en Kursk...
Dando por hecho que Pionyang tiene tropas en la guerra: lo que ni Rusia ni Corea del Norte han confirmado. Y todo se limita a una información del servicio de inteligencia de Corea del Sur, que es totalmente pro yanqui...
Y aunque es noticia redituable, es poco serio por parte de la Prensa, el publicar falsedades. Pues al saberse la verdad, esta gira en detrimento de su credibilidad. Ya de por sí compitiendo con las redes.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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