En México una de las costumbres manifiestas es la proclividad que tienen los políticos desempleados a que busquen la construcción de un nuevo partido político.
Lo han hecho durante décadas, aunque durante varios años los aspirantes a políticos tenían solamente cuatro opciones: PRI, PAN, PARM y PPS.
El primero, que fue el partido gobernante durante 70 años, consiguió que el tercero y cuarto se sumarán a sus candidatos presidenciales y, eventualmente, a los que competían por una gubernatura.
Los panistas siempre fueron solos, hasta que presintiendo que los votos para Vicente Fox no le alcanzarían para su victoria signaron una alianza con el Partido Verde, que desde entonces se convirtió en una rémora de los partidos grandes. Las décadas de los 60, 70 y 80, fueron de contubernio entre priistas, parmistas y pepino socialistas, hasta que la cadena se rompió en 1988 y se rompió la alianza.
PPS y PARM, fueron lo que son ahora PT y Verde, simples comparsas del partido mayoritario y como aquellos los dejaron jugar solos en algunas posiciones, sacando mejor raja los del partido del tucán que presumen que ganarán su segunda gubernatura como partido eje (San Luis Potosí).
Los petistas tienen sus problemas y le ha sido complicado tener triunfos resonantes como fue la alcaldía de Durango hace muchos años.
El ser partido minoritario en un sistema político como el mexicano es sumamente difícil, ya que los trapecistas y chaqueteros optan por saltar de un partido pequeño hacia uno de los grandes cuando sus emociones se lo dicten.
Desde la aprobación de la LOPPE que permitió la construcción de nuevos partidos políticos, una veintena de organismos pequeños han surgido, de los que se mantienen vivos solamente cuatro.
Aparecen y desaparecen conforme se acercan los tiempos electorales y es posible que la mayoría de la gente no recuerde partidos como la Sociedad Nacionalista, Fuerza Guerrera, México Posible, Socialista de los Trabajadores, Demócrata Mexicano, Mexicano de los Trabajadores, Social Demócrata, Revolucionario de los Trabajadores, Socialista Unificado de México, Unión Nacional Opositora, Cardenista de Reconstrucción Nacional, Centro Democrático, Democracia Social.
La elección federal de 2003 fue una de las más concurridas en la historia política del México moderno, con la participación de nueve partidos, varios de los que solamente tuvieron esa participación, ya que no consiguieron registro. Liberal Mexicano, Alianza Social, México Posible, etc.
Partidos como el de la Revolución Democrática y Nueva Alianza sobrevivieron a varias elecciones presidenciales, aunque finalmente perdieron su registro.
Cada ocasión nacían otros partidos de los que MORENA mostró que venía con enjundia y a cuatro años de su creación ganó la presidencia de la República.
En el camino se quedaron otros de vida efímera como Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario.
Las reglas para competir en una elección federal se endurecieron, por lo que los requisitos son menos flexibles. Primero se requería de un 1.5 por ciento de la votación total para garantizar el registro, luego subió a dos puntos porcentuales, siguió creciendo a dos y medio y ahora se requiere de tres por ciento.
Y es que la acreditación para un nuevo partido tiene mayor demanda.
Es el caso del Frente Cívico que anunció el pasado sábado su intención de competir en los comicios de 2027, por lo que aglutina a sus integrantes para empezar con la recolección de firmas para presentar su solicitud.
Sus integrantes son figuras conocidas de la política que antes militaron en otros partidos, por lo que hay quienes señalan que solamente van por los recursos que como partido con registro tienen derecho, pero que en realidad no representan un verdadero frente opositor.
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Ramón Zurita Sahagún
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