En 1987 se produjo una inesperada ruptura al interior del PRI, aunque ya se percibía inevitable, quienes integraban la Corriente Democrática (Cuauhtémoc Cárdenas, Muñoz Ledo, González Guevara, Ifigenia Martínez, Martínez Corbalá, etc.) ni la dirigencia partidista decidían cómo proceder hasta que se optó por la expulsión de los inconformes. Por lo inusitado, esa determinación provocó conmoción en la clase política del país porque los expulsados formaban parte de la nomenclatura priista: Cárdenas, exgobernador y exsubsecretario de Despacho; Muñoz Ledo, expresidente nacional del PRI, Ifigenia Martínez Directora de la facultad de Economía de la UNAM cuando el Movimiento estudiantil del ¨68, etc. Martínez Corbalá y González Guevara se hicieron a un lado y permanecieron en el PRI. Junto a Cárdenas y Muñoz Ledo emigraron otros personajes de menor relieve y cada vez que algún otro renunciaba, en los medios se festejaba como “el desmoronamiento del PRI”. Obviamente ese fenómeno no se produjo, aunque fue un mayúsculo escándalo por tratarse de un caso inédito en un partido político monolítico y en ejercicio del poder. Por tratarse de un acontecimiento histórico ya sabemos de los acontecimientos acaecidos en la elección de 1988, y cómo el Frente Democrático Nacional aprovechó el desconcierto para nominarse despojado de un supuesto triunfo electoral del cual no exhibía prueba alguna. Ciertamente, la elección de 1988 constituye un parteaguas electoral en nuestro país, porque a partir de ese acontecimiento ya nada fue igual para el PRI y florecieron los cimientos para un sustantivo avance de la democracia en México.Eso ocurrió hace ya tres décadas, allí está la génesis de instituciones como el IFE-INE y el Tribunal Electoral, pero ahora el mapa político del país se ha reconfigurado, el PRI ya no es partido hegemónico, apareció el PRD y ya está en riesgo de desaparecer, ha habido tres alternancias en la presidencia de la república y un nuevo partido, MORENA, gobierna ya 22 entidades federativas. En los actuales tiempos, igual a lo sucedido en 1987 el PRI enfrenta la renuncia de personajes que lo utilizaron como medio para escalar políticamente: Omar Fayad, Eruviel Ávila, Alejandro Murat, Nubia Mayorga, Jorge Carlos Ramírez Marín, Adrián Ruvalcaba, etc., ellos han tocado puertas en Morena donde se les da cabida por el impacto político que su acrobacia produce, pero sin inspirar confianza entre la fila de los “duros” ¿será acaso la puntilla al ex todopoderoso partido? ¿lo que ocurre en el PRI guarda analogía con la sangría de cuadros que emigraron del PRD a Morena? No es equivalente, pero cuenta si se considera que antaño, en el 87, el PRI vencía toda clase de obstáculos en solitario, ahora las circunstancias obligan a todos los partidos, el PRI incluido, a competir en alianza. Cosas Veredes Mío Cid. |
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