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XALAPA.- Aunque se duda que eso sea estar mejor que en Dinamarca, debido a la creciente demanda de servicios en el Centro de Rehabilitación e Inclusión Social (Crisver) en Xalapa – pues se trata del único centro de rehabilitación del país que cuenta con la acreditación al servicio de alta especialidad de enfermedades del sistema nervioso, bajo la administración del Sistema DIF estatal - se han formado filas de más de 200 pacientes y familiares que permanecen formados bajo los rayos del sol en espera de la atención, lo que ayer derivó en que una mujer sufriera un desmayo. Los familiares procedentes de otros municipios como La Antigua, Úrsulo Galván, Coatepec, Banderilla, y Tlaltetela señalaron que al parecer hubo desorganización en la agenda de citas, lo que derivó que este jueves citaran por la mañana a más de 200 personas al mismo tiempo. El sitio se ubica en la calle Cultura Veracruzana en la zona sur de la ciudad, a unos 300 metros de la avenida Arco Sur. Entre las 13 y 14 horas de ayer jueves, una mujer se desmayó cuando estaba en la fila de espera y según testigos esto se debió que llevaban más de seis horas parados bajo el sol, padeciendo temperaturas superiores a los 30 grados. Quienes estaban en la hilera pidieron la ayuda a los encargados del Crisver pero los enfermeros tardaron en brindar los primeros auxilios, así que las mismas personas trataron de reanimarla. Por su parte, los papás y mamás que llevan a sus hijos a recibir atención al Crisver estaban con calor, molestos, y temerosos de que los menores de edad que también llevaban más de seis horas en espera pudieran sufrir un desmayo. “Aquí estamos más de 200 o 300. Sí. Hay bastantes y se están desesperando y se quieren ir. Ya se están desesperando y se quieren ir y no avanza, no avanza. Supuestamente habían dicho que es hoy para obtener citas pero muchos se están yendo porque hace calor, ya hay desmayados”, lamentaron. Otra de las mamás informó que la saturación de consultas para recibir rehabilitación se debe al aumento de solicitudes de servicios para menores de edad que padecen discapacidad auditiva, visual, motriz y autismo, entre otras condiciones. Un familiar señaló que algunos acuden a terapias psicológicas, ocupacional, psicoeducativas, apoyo para padres y también hay odontólogos, oftalmólogos, psicólogos, y sólo hay un médico general, con la asistencia de ocho enfermeros. En este contexto, Jair “N”, padre de familia, procedente de Cardel, municipio de La Antigua, aseguró que “estar parado aquí es muy pesado. Hace bastante calor, no podemos avanzar. Hay varios sentidos contrarios que hasta nos confundimos, porque puedes pasar por la izquierda o hacia abajo. Ahorita está así, de verdad, muchos se desesperan, se van. Yo vengo de fuera realmente, no me da tiempo y no sé ni qué voy a hacer, porque soy de Cardel”, concluyó.
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