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XALAPA.- Con la digitalización de los servicios financieros, en la última década han incrementado el número de fraudes que se cometen a los usuarios de servicios financieros, y por medio de llamadas, mensajes o correos falsos, cibercriminales se hacen pasar por intermediarios. En México, casi la totalidad de los fraudes que se cometen contra los usuarios de los servicios financieros digitales son por “un error humano”, afirma Jesús de la Fuente, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Expresó: “Tenemos que reducir los fraudes. Siete de cada 10 vulneraciones de seguridad digital son resultado de factores humanos y no necesariamente de las debilidades de los sistemas informáticos”, dijo el presidente del organismo regulador. Explica que una vez que los delincuentes generan un vínculo con sus víctimas, obtienen acceso a sus aplicaciones financieras y les roban la totalidad de sus recursos. Cuando la persona es quien otorga las claves, las autoridades no pueden hacer algo al respecto. Derivado de lo anterior, los organismos supervisores del sistema financiero mexicano y las instituciones privadas han realizado desde hace unos años una campaña masiva de prevención para los consumidores, en la cual se hace énfasis que los intermediarios nunca llaman a sus clientes para solicitar datos. Al participar en el Festival Fintech México 2025, De la Fuente externó que las autoridades mexicanas deben continuar con la modernización de las regulaciones. “Tenemos que impulsar no solo la educación financiera sino también la digital para que se alcance el máximo potencial de los servicios. Debemos enseñar a las personas a usar sus dispositivos electrónicos de forma segura, eso reducirá los fraudes”, mencionó. Otro de los objetivos que tiene la CNBV en este momento, dijo De la Fuente, es incentivar a las instituciones de financiamiento y ahorro para que lleven sus servicios a las comunidades indígenas del país. “La digitalización no debe dejar a nadie atrás. Pese a los resultados positivos de la misma, debemos estar conscientes que algunos grupos, como los que habitan en comunidades rurales, las personas indígenas, las mayores de edad o con discapacidades podrían verse perjudicados si la digitalización es acelerada”, abundó.
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