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Xalapa, Ver.- Aunque el dictamen ha suscitado controversia, pues las personas que se han pronunciado en contra del castigo de castración química lo han calificado como “cruel e inusual” y en contra de la Constitución de los Estados Unidos, Louisiana se convirtió en el primer estado de los Estados Unidos en permitir la castración química a toda aquella persona declarada culpable de ciertos delitos o agresiones sexuales en contra de menores de edad. En Louisiana hay 2 mil 224 personas encarceladas por delitos de este tipo. El decreto surgió a partir de una ley promulgada por el gobernador republicano Jeff Landry, en la que establece que los jueces pueden ordenar la castración quirúrgica en razón de los delitos. Esta ley entraría en vigor el próximo 1 de agosto, con la cual se espera que este nuevo castigo disuada a posibles agresores de cometer abuso sexual en contra de menores. Una vez declarados culpables de ciertos delitos sexuales con agravantes —incluyendo violación, incesto y abuso sexual— contra un niño menor de 13 años, los jueces de Luisiana tendrán la opción de condenar al abusador a la castración quirúrgica. No obstante, la aplicación de esta ley dependerá del caso y se aplicaría a discreción del juez. Por lo pronto, se esperan impugnaciones jurídicas para tratar de anular la propuesta. No obstante, el proyecto de ley recibió un apoyo abrumador en ambas cámaras de la legislatura estatal, donde los republicanos son mayoría. Habría que subrayar que la senadora estatal demócrata Regina Barrow fue la autora de la propuesta, pero los votos en contra fueron principalmente de legisladores demócratas. Un delincuente que “no se presente o se niegue a someterse” a la castración quirúrgica luego de que un juez ordene el procedimiento podría ser acusado de “incumplimiento” y enfrentar una pena adicional de entre tres y cinco años de prisión, según el texto de la iniciativa de ley. La castración química consiste en la aplicación de medicamentos antiandrogénicos que anulan las funciones de las hormonas masculinas (se reducen los niveles de testosterona) y, por tanto, también la conducta sexual del hombre. En ese sentido no se trata de una esterilización, pues los efectos de la castración química son reversibles, por lo que es distinta a la castración quirúrgica, pues no se retiran testículos u ovarios del agresor. En septiembre de 1996, California se convirtió en el primer estado norteamericano en aprobar la castración química como un requerimiento para que agresores sexuales pudieran acceder a la libertad condicional.
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