Por Omar Zúñiga
En el contexto actual de Veracruz, donde la justicia atraviesa una crisis de legitimidad y desconfianza palpable, la propuesta de Leslie Mónica Garibo Puga como titular de la Fiscalía General del Estado se presenta como una opción que podría marcar un antes y un después.
Su perfil, respaldado por una formación académica sólida y una trayectoria profesional destacada, la posiciona como una mujer capaz de asumir el reto de transformar una de las instituciones más golpeadas.
Mujer comprometida con Veracruz y con ella misma, es egresada de la licenciatura en Derecho por la Universidad La Salle y además cuenta con maestría en Ciencias Jurídicas y Sociales; ha demostrado a lo largo de su carrera un enfoque proactivo, resolutivo y altamente competente en el ámbito jurídico y administrativo.
Su nombramiento como jefa de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Energía del Gobierno Federal es una muestra de su capacidad para desempeñarse en entornos de alta responsabilidad.
Además, su Doctorado Honoris Causa otorgado por IMELE en 2019 resalta su compromiso con la excelencia y la formación continua, lo que refuerza su perfil profesional.
Uno de los elementos que más se destacan de su trayectoria es su paso como Contralora General del Estado de Veracruz, cargo en el que dejó una huella importante, palpable, pues ella impulsó medidas de transparencia y lucha contra la corrupción en el gobierno estatal.
Garibo Puga fue la primera mujer en ocupar dicho cargo en la administración que terminó, y su desempeño fue reconocido por su integridad y su defensa de los principios éticos que rigen el servicio público y la consolidación de la cuarta transformación del país.
En este sentido, su llegada a la FGE representaría una oportunidad para fortalecer la confianza en las instituciones veracruzanas, sobre todo en esta tan importante, como es la procuración de justicia y donde no ha habido digamos…, resultados palpables.
Veracruz necesita, urgentemente, una FGE que no sólo sea eficaz y eficiente, sino que también recupere la sensibilidad social y promueva un manejo honesto de los recursos públicos.
Garibo, con su historial, parece ser la pieza indicada en el tablero para liderar este proceso de renovación institucional.
Para terminar, Veracruz necesita, hoy más que nunca, un liderazgo fuerte, honesto y comprometido con la justicia y Leslie representa esa figura, capaz de encarnar ese cambio tan necesario, en un momento en el que sin duda, es tiempo de mujeres.
Un factor determinante, es precisamente este, que es tiempo de mujeres. Así se perfila también en la Universidad Veracruzana (¿cierto, Marisol?) y quizá, en Xalapa.
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El lunes pasado se realizó una Sesión Extraordinaria de Cabildo, de hecho la primera en la era de Alberto Islas como alcalde de Xalapa.
En esta sesión hubo varios nombramientos a consideración del Cabildo, entre ellos el del secretario del Ayuntamiento, pues Ramón Ramos se fue a operar con Ricardo Ahued en la Secretaría de Gobierno.
Antes que la propuesta fuera sometida a votación, Zabdy Asmaveth Quezada, Regidora Cuarta, pidió la palabra y lo que dijo ocasionó más de una ceja levantada, pues palabras más, palabras menos, reclamó hasta airadamente al no secretario (aún no tomaba protesta de Ley), que se incumpliera con el Reglamento y la Sesión de ese día no fuera convocada con la anticipación correspondiente.
Alberto Islas, en un gesto de humildad, aceptó el baño, dijo que se trataba de su primera sesión y lanzó su espada en prenda para que esto no volviera a suceder.
Sin embargo, las cejas levantadas fueron porque a Zabdy no se le conoce precisamente por ser rijosa ni mucho menos, por el contrario; y los mal pensados imaginan que fue un mensaje de su esposo, Silem García, (primo de Joaquín Naasón García, autoproclamado apóstol y líder de la iglesia La Luz del Mundo, preso y sentenciado en Estados Unidos, por violador y pederasta), y vocero de esa congregación religiosa.
Por otro lado, las cejas se levantaron también, porque el Reglamento Interior de Gobierno del Ayuntamiento de Xalapa en vigor, dice en su Artículo 18, efectivamente que “(…) para las sesiones ORDINARIAS, los ediles deberán ser citados con veinticuatro horas de anticipación, como mínimo por el Presidente Municipal, a través del Secretario del Ayuntamiento, a fin de estar en posibilidad de que en la sesión se traten todos y cada uno de los asuntos correspondientes. La convocatoria a sesión deberá señalar el lugar, fecha y hora en que deba celebrarse, mencionando el carácter de la sesión, anexando el proyecto del orden del día que será desahogado y los documentos relativos a los puntos que vayan a tratarse”.
Hasta ahí todo bien, sin embargo, el maldito “pero” de siempre llega aquí, porque el Artículo 20 de la misma normatividad dice que “Las sesiones EXTRAORDINARIAS (como la del lunes pasado), son aquellas que se convocan para tratar asuntos específicos, que POR SU URGENCIA O NECESIDAD no pueden ser desahogadas en la siguiente sesión ordinaria”.
Es decir, que haiga sido como haiga sido, el airado reclamo de Zabdy no tiene lugar, carece de sustento alguno y por eso la gente anda de mal pensada.
Aún así, el alcalde Islas está seguro de contar con el trabajo leal a Xalapa de todas y todos los ediles, como ha sido la constante en lo que va del cuatrienio.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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