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XALAPA.- La deuda contratada por el sector público federal, tanto en el extranjero como en el mercado local, registra un incremento de 5.2 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) desde 2019 y hasta el primer trimestre de este año, para ubicarse en 15.44 billones de pesos, mostró información oficial. Se trata de un repunte inferior en 700 mil millones de pesos que el registrado en el gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto y también menor en 670 mil millones de pesos que en la administración de Felipe Calderón, en ambos casos con cifras a pesos actuales para incorporar el efecto de inflación, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Entre 2019 y 2023 el gobierno federal no ha recibido remanentes de operación (como se denomina a las ganancias) del banco central, dada la apreciación en el valor de la moneda nacional, como sí los obtuvieron los gobiernos pasados, que los emplearon para reducir deuda, de acuerdo con la información oficial. En marzo de este año, la deuda del sector público alcanzó 15 billones 448 mil 423.8 millones de pesos, reporta la SHCP. Estos pasivos incluyen los del gobierno federal, banca de desarrollo, Pemex y la CFE. Esa cantidad es superior, en términos nominales –sin descontar el efecto de inflación–, en 42.4 por ciento a la registrada por Hacienda en marzo de 2019, que fue de 10 billones 846 mil 881.9 millones de pesos. La deuda del sector público en marzo de este año fue equivalente a 45.2 por ciento del producto interno bruto (PIB), es decir, del tamaño que tuvo la economía en ese periodo, apunta la información de Hacienda. En tanto, en marzo de 2019, los pasivos federales eran equivalentes a 43.6 por ciento del PIB, también de acuerdo con datos de la SHCP. En una comparecencia en la Cámara de Diputados, el 20 de septiembre pasado, el titular de la Secretaría de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, en, auguró que la deuda pública se ha mantenido en los últimos años en un nivel estable y sostenible hacia el mediano plazo. En 2023, el endeudamiento del sector público federal fue equivalente a 46.8 por ciento del producto interno bruto. Ese nivel, según comentó el funcionario en aquella comparecencia, representó un incremento de 5.2 puntos porcentuales respecto del registrado al inicio del actual gobierno. La deuda que se acumuló en seis años de la administración del presidente Felipe Calderón (2006-2012) fue de 8 puntos porcentuales del PIB. La acumulada en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto fue de 7.4 puntos porcentuales del producto, muestran los datos de Hacienda. El débito que el actual gobierno acumulará en seis años, de acuerdo con Ramírez de la O en la comparecencia de septiembre ante diputados, será en torno a 5.2 puntos del producto interno bruto. Serían 2.2 puntos porcentuales menos, esto es, casi 700 mil millones de pesos menos a precios actuales, que los del presidente Peña Nieto y serían 2.8 puntos porcentuales menos (alrededor de 670 mil millones de pesos actuales, según cálculos no oficiales) que los que endeudó la administración el presidente Calderón, señaló en aquel momento el funcionario. El menor crecimiento de la deuda, respecto del ocurrido en los dos gobiernos anteriores, se dio aun cuando se reportó un incremento en la tasa de interés interna, determinado por el Banco de México como una medida para contener la inflación después de la pandemia y la invasión rusa a Ucrania. La tasa de referencia repuntó de 8 por ciento anual al inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador a 11.25 por ciento. Actualmente, tres de cada cuatro pesos del endeudamiento del sector público federal está denominado en pesos (11 billones 773 mil 368.9 millones de pesos) y la otra cuarta parte, equivalente a 220 mil 21 millones de dólares, en moneda extranjera, según datos de la SHCP. Hacienda considera que el nivel actual de endeudamiento, en torno a 50 por ciento del PIB, es sostenible, incluso bajo parámetros de contabilidad internacional. La actual administración se enfocó en modificar la estructura de la deuda para recargarla en el financiamiento interno, dijo Yorio. México ha sido uno de los países donde más ha aumentado la tasa de interés interna, lo que también afectó el costo de las obligaciones del sector público. Sin embargo, el funcionario consideró que esa estrategia fue correcta, porque en la medida en que se pague esa tasa dentro del país se genera mayor atracción de inversionistas y, al ser menor la proporción de pasivos en moneda extranjera, se reduce la transferencia de recursos al exterior. La deuda interna es tres cuartas partes (76 por ciento) del total de la deuda del gobierno federal, lo que la hace más susceptible al efecto de las tasas de interés.
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