En EU trabajan 140 mil indígenas de Michoacán, en la entidad hay 500 mil, el campo mexicano está en crisis
MEMORANDUM 1.- El campo entró en crisis desde hace más de dos décadas, debido al cambio de uso de suelo, la escasez de agua, el alto costo de los insumos y la renta de tierras a empresas foráneas para monocultivos; mientras la siembra de maíz, calabaza, papa y frijol es sólo para autoconsumo, revelaron productores de las diferentes regiones purépechas. A esto se suma la presencia del crimen organizado que extorsiona y promueve la drogadicción, principalmente entre los trabajadores agrícolas, en su mayoría jóvenes. El dirigente del Consejo Supremo Indígena de Michoacán –que agrupa a 70 comunidades originarias– Pável Guzmán, señaló que en el periodo liberal se dejó de apoyar al campo y de cultivar maíz, ahora los pueblos originarios, sobre todo los que tienen agua, rentan sus tierras a empresas extranjeras, que utilizan prestanombres y cultivan zarzamora, arándano, frambuesa y fresa. Dice que en Estados Unidos trabajan 140 mil indígenas de Michoacán, en la entidad hay 500 mil y sólo quedan 150 mil que hablan la lengua materna. Comenta que la pobreza se puede constatar en las ocho comunidades de Los Santos, de la sierra en Los Reyes, donde los pobladores carecen de todos los servicios básicos; en Santa Rosa no tiene tierras para sembrar, ya no hay bosques y sólo queda un pozo artesanal en San Isidro. Por la sequía, unos cuatro municipios purépechas cultivan en temporal, los que tienen agua rentan sus parcelas para la siembra de berries como en Zamora, Tangancícuaro, Ihuatzio, en la Cañada de los Once Pueblos y en las cuencas de Pátzcuaro y Zirahuén, donde se ha saturado de aguacate y todo se exporta a Estados Unidos, detalló Guzmán. José Lorenzo, de San Benito, de la región Los Santos, sostiene que al igual que vecinos de Santa Rosa, San Isidro y San Luis, entre otros, desde hace décadas deforestaron sus tierras o las vendieron a pequeños propietarios, y actualmente los jóvenes emigran a las ciudades o trabajan en Estados Unidos y Canadá, otros laboran como jornaleros en Tangancícuaro y Zamora, o en los aserraderos de la zona. Desafortunadamente, dice grupos criminales les quitan lo poco que les queda. Gerásimo González, habitante de Aranza, municipio de Paracho, lamentó que una opción laboral para los jóvenes es el crimen organizado, muchos de ellos son reclutados cuando trabajan como cortadores de aguacate, porque primero los incitan al vicio.