Dr. César Vargas |
Dr. César Vargas |
2022-03-26 /
10:05:45 |
“EL DR. MAURO LOYO EN XALAPA” |
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Muchos quizá ya olvidaron el valioso legado que dejó este buen médico a la ciudad de Xalapa como epicentro de concurrencia de seres en enfermedad de todo el sureste del país que buscaban sanación en los templos de la salud.
Fueron muchos los años en los que el Dr. Mauro Loyo puso su sapiente mirada en la evaluación y mejora de la infraestructura de los servicios de salud, siempre pensando en que las instituciones son la respuesta ordenada de un gobierno preocupado de progresar y cuidar las necesidades de toda población.
En sus momentos de asesor del gobernador Dante Delgado, veló por la adecuada puesta en marcha del naciente Centro de Especialidades Médicas Dr. Rafael Lucio, ahora Centro de Alta Especialidad Médica, pero su ocupación por la atención del fenómeno cáncer, llegó más allá del análisis .
Su posición de interlocutor como Secretario de salud ante el Gobernador Miguel Alemán permitió la toma en cuenta de una propuesta seria de mayúsculos alcances al vislumbrar la evolución del valioso hospital Miguel Dorantes Meza a todo un Centro Estatal de Cancerología, el ahora polémico y afamado CECAN.
Esta obra que lograra otro gran médico naolinqueño Dr. Miguel Dorantes Meza, llegó a su total capacidad y resultó insuficiente en su momento para frenar y combatir adecuadamente todas las variantes del temible cáncer: quedarse solo observantes del dolor y muerte jamás fue la mística del grupo de profesionales de salud de ese histórico y emblemático nosocomio.
Bien dirigidos encontraron la puerta abierta y la mesa de trabajo de Mauro Loyo, como era conocido en el argot médico, y se generó un valioso proyecto de infraestructura equipamiento y reforzamiento de plantilla laboral que tuvo que pasar mil y un revisiones del equipo de Mauro y nada fácil resultó que otro insigne y ya ausente médico, Dr. Horacio Díaz Cházaro, diera su conocimiento y experiencia en instituciones como el IMSS y por fin lograr un documento con planos y maquetas que fueron expuestos al Gobernador Miguel Alemán Velasco. Esto debía sobrepasar todo fantasma de elefante blanco, todo miedo y el famoso concepto de fracaso de que se quedó corto el presupuesto.
Hombre comprometido con sus gobernados y sabedor de la magnificencia del México creado por grandes hombres y puestos todos los lacrados vistos buenos no dudó un momento de otorgar el apoyo a su fiel Secretario de salud para el inicio de este reto mayúsculo .
Hablar de una imagen alusiva al Instituto Nacional de Cancerología INCAN era una osadía quizá para muchos, pero no para todos estos actores. El estado de Veracruz es emblema nacional de fuerza y desarrollo y, en salud, no tenía que temblar el pulso para emprender esta tarea.
Sin duda lo que narro es falto de miles de detalles, ya que fueron muchas las áreas y talentos que se vieron involucrados en esta descomunal tarea en la que fueron guiados por un excelente Coronel, a todos ellos mi respeto y admiración.
Hubo que dejar atrás muchos temores e incertidumbres que toda la clase trabajadora pudiera haber tenido: cerrarse y perder el centro laboral, pacientes sin atención con tratamientos incompletos, eventos quirúrgicos programados y muchas más interrogantes. Al final, directivos del hospital y personal tuvieron siempre todo el respaldo del buen Dr. Mauro Loyo.
Se contrató un pequeño hospital allá por los rumbos de le Benemérita Escuela Normal Veracruzana y se movieron todos los traslados necesarios para adecuar ese espacio y conservar la funcionalidad mínima necesaria para que el intervalo de tiempo no fuera motivo de afectación de pacientes. Se operó, se consultó y se aplicaron procedimientos patológicos y especializados para que los enfermos no tuvieran el rompimiento del frágil hilo de atención medica jamás deseada por ningún buen servidor público involucrado en el sistema de Salud de Veracruz .
En todo momento del descomunal reto, Mauro no faltó a la palabra del gobernante en iniciar y terminar esta obra. Ahí están las crónicas en los archivos y los mismos medios de comunicación así como el respaldo de la clase trabajadora.
Considero que, el surgimiento de este sol naciente de la infraestructura de la salud del sureste de México en la lucha contra el cáncer, es una obra significativa memorable de Mauro Loyo, más allá de los sexenios y décadas de dos siglos.
El CECAN vino a ser y sigue siendo una clara muestra de que cuando de seriedad se trata hay políticos comprometidos con la humanidad; y los médicos y trabajadores de la salud con el talento y la sensibilidad de servir al prójimo tienen en Mauro y el CECAN la clara muestra de que se puede servir con humildad y dignidad más allá de poses y vanidades.
A la memoria de este gran médico sirvan estas líneas para recordar que sin él la lucha contra el cáncer no hubiese tenido magnánimo escenario en donde todo humano llega a recibir la fuerza del estado gobernante en donde los tamaños se miden por obras y acciones en favor del prójimo, venga de donde venga, porque en materia de salud Veracruz ha tenido grandes seres humanos talentosos, quienes desde la humilde acción de consuelo ante el terrible enemigo en esta lucha por vivir hasta el no escatimar nada por construir instituciones al servicio del pueblo han dejado un legado que aun tras su partida quedará. Gracias Mauro Loyo, descansa en paz.
Dr. César Vargas
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