AGENDA PÚBLICA |
Luis Roberto Domínguez F. |
2018-07-14 /
15:57:11 |
Los Condado ganaron…el repudio del pueblo |
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Aunque en la mayoría de municipios la coalición “Juntos Haremos Historia” obtuvo triunfos de dos y hasta tres por uno, en pocas demarcaciones los liderazgos locales pudieron contener ese “tsunami” y uno de ellos fue el de Marco Antonio Martínez Amador, en donde como coordinador distrital de campaña de Miguel Ángel Yunes Márquez, obtuvo para el PAN tan sólo en Acayucan, ocho mil 918 votos en comparación de su aliado, el PRD, que actualmente ostenta el gobierno local en la persona de Cuitláhuac Condado, que apretadamente logró 4 mil 581 sufragios.
En tanto en plazas como Coatzacoalcos, Minatitlán, Cosoleacaque o Las Choapas Morena y aliados obtuvieron victorias arrolladoras, su ventaja en Acayucan fue del 26.1 por ciento (5 mil 53 sufragios) al haber obtenido 19 mil 359, contra 14 mil 306 de la coalición PAN/PRD/MC.
En concreto, la “Casa Azul” de Martínez Amador obtuvo en Acayucan para Yunes Márquez vía Acción Nacional 4 mil 337 votos más que el PRD que comanda el alcalde Cuitláhuac Condado Escamilla, que por cierto nada pudo hacer por su hermana Ana María, que perdió estrepitosamente la diputación por el XXVII distrito local electoral en manos de Morena.
Así que pasado el trago amargo, hasta donde se sabe, Miguel Ángel Yunes Linares ha determinado dar su “finiquito” a la caterva de traidores, quienes a pesar de haber recibido jugosos apoyos y hasta impunidad, en el momento decisivo, como las vacas cuando se les acaba la sal, trompearon la canoa.
Así que en el grueso expediente figura una larga lista de “chaquetas”, entre los que sobresalen los nombres de “insignes” panistas como José Manuel Garduza y Jorge Baruch, quienes prefirieron trabajar para el PRD y torpedear a más no poder al coordinador distrital de la campaña de Yunes Márquez, Marco Antonio Martínez, quien desde su “casa azul” dio muestras de cómo se conquista el voto ciudadano y los números no mienten.
Indignados, por la cercanía de Martínez Amador con Yunes Márquez, canalizaron todas sus energías en una contra campaña interna, olvidando que el ex alcalde no era candidato a nada, sino simplemente el coordinador del proselitismo de quien aspiraba a gobernar. Al final el tiro les salió por la culata, porque en el análisis frío, el ex munícipe, empresario y promotor deportivo acayuqueño hizo valer su liderazgo.
Los Garduza de Oluta, los Baruch de Soconusco, las hermanas Vázquez y sus “sesudos” asesores, así como otros más nada honorables y con menor renombre, optaron por echar la mona, sin invertir un clavo, acercándose a la sombra de los Condado Escamilla y olvidando que por Acción Nacional, son lo que son.
Una y otra vez señalamos –mes y medio antes del fatídico 01 de julio- a los posibles traidores a la causa yunista. Dimos a conocer por ejemplo como el alcalde de Uxpanapa, Esteban Campechano formando parte del movimiento Ruta 5 del ex panista Manuel Espino, por un lado fingía apoyar a Miguel Ángel Yunes y por abajo junto a su antecesor Pablo Prieto fraguaban la traición.
El mismo fenómeno ocurrió en Hidalgotitlán, Playa Vicente, Acayucan, Isla, Rodríguez Clara o Tierra Blanca, Cosoleacaque, Jaltipan, Nanchital, Ixhuatlán del Sureste, Sayula de Alemán, Jesús Carranza, San Andrés Tuxtla, San Juan Evangelista, Lerdo de Tejada, Cosamaloapan y decenas de demarcaciones más, cuyos alcaldes trabajaban para otro santo.
Al final del día personajes del sol azteca como Roberto Peña–responsable de la derrota de Ana María Condado- acusan a Martínez Amador de haber abonado a ese fracaso, pero cómo podría explicar el que la ex candidata a la diputación local haya obtenido por el PRD siete mil 649 votos y su abanderado a la gubernatura pírricos 4 mil 581, es decir 3 mil 68 menos.
¿A qué canasta fueron a dar esos 3 mil 60 votos? ¿A la de Cuitláhuac García acaso? ¿Quién traicionó a quién?
En suma, el escenario de la derrota nunca pasó por la tatema de Miguel Ángel Yunes Márquez y no porque no tuviera la capacidad para dimensionar el empuje de Andrés Manuel López Obrador, sino porque –inexperto al fin- los 90 “hijos de papi” que lo rodeaban, le llenaron la cabeza de humo, olvidando que al ojo del amo engorda el caballo. |
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