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XALAPA.- China es hoy el referente de crecimiento económico, pero suele pensarse que sólo se ha basado en la apuesta por las exportaciones. En los primeros años del despegue económico chino esto era incierto, pero hoy busca consolidar su mercado interno. Es lógico que así suceda, pues se trata de un país con 1.4 billones de personas (potenciales consumidores). México busca cierta similitud con el gigante asiático, revela un documento de propósitos de la Presidencia de la República hecho público durante las mañaneras de este año, aunque probablemente no debidamente valorado. En él se establece un propósito para que en el 2030, en decir, en el margen del presente sexenio, México apueste igualmente por el mercado interno para consolidar su economía y dar los pasos en los que ha tropezado una y otra vez durante décadas. En el documento presidencial denominado Plan México, Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida, la Meta 1 de la actual administración es “estar en el Top 10 de Economías”, a lo que añade el fortalecimiento del mercado interno y la participación de México en la economía mundial. El documento, concebido esencialmente antes de que Trump comenzara su nueva andanada de improperios contra México, podría no desagradar al próximo presidente estadunidense si le echase un ojo. China no se menciona, pero es claramente una fuerza económica que se pretende mitigar. Los postulados dirigidos tácitamente al poderoso país asiático en el documento: “Trabajo con empresas importadoras para el desarrollo de proveeduría local y regional con la homologación de aranceles con Norteamérica”. Inicio de trabajos tripartitas (empresas, universidades y gobierno) para proyectos en torno a fabricar autos eléctricos nacionales, centros de datos, drones, satélites, medicamentos biogenéticos, entre otros, todo a partir de la investigación e industria nacionales. Asimismo, textiles, calzado, mobiliario y juguetes fabricados en territorio nacional que tengan 50 por ciento de proveeduría y consumo nacional. El enlace entre mercado interno (más mexicanos con capacidad de compra a partir de ingresos mejor repartidos) y una suerte de nueva industrialización mexicana es uno de los hilos conductores tácitos del documento.
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