El 73 % de abusadores infantiles están en la familia; llaman a reforzar prevención en época navideña. | ||||||
Los factores y circunstancias que aumentan el riesgo de abuso sexual infantil son más comunes en las celebraciones navideñas, advierte especialista. | ||||||
Martes 24 de Diciembre de 2024 | ||||||
Por: animalpolitico.com | ||||||
De acuerdo con la asociación Infancia Libre de Abuso Sexual (ILAS), esto se debe a que las circunstancias o factores que aumentan el riesgo son más comunes durante las celebraciones de estas fechas. Algunos de ellos son las reuniones sociales muy extendidas, el consumo de alcohol y drogas durante las festividades en un solo lugar, la congregación de muchos miembros de la familia nuclear y extendida en espacios reducidos e incluso para pasar la noche, y el compartir cuartos con personas con las que normalmente no se convive. “Nos sentimos tan en confianza porque estamos con nuestra gente más cercana, la gente que más amamos, que de manera inconsciente disminuimos la supervisión, relajamos las normas de convivencia –explica en entrevista Sofía Palacios, cofundadora de la organización–. Tal vez si tú estuvieras en una fiesta normal, estás yendo cada media hora a ver dónde están tus hijos, con quién, qué están haciendo; en una fiesta familiar pueden pasar cinco horas sin que vayas a ver”. El exceso de confianza, subraya, pone a las infancias en una situación muy vulnerable. Un factor adicional en esta época vacacional es el aumento del tiempo que pasan las infancias frente a un dispositivo electrónico, pues el abuso no siempre implica contacto físico. El riesgo que existe en línea es un riesgo real, alerta, y también es un abuso. Si no está supervisado con controles parentales y configuraciones sobre el tipo de contenido al que pueden acceder, es aún más riesgoso. “Está también demostrado que el hecho de que los niños consuman pornografía los pone en riesgo tanto para ser abusados sexualmente, porque empiezan a tener conductas hipersexualizadas que no van acorde a su edad, como también para que ellos corran el riesgo de dañar sexualmente a alguien, porque replican estas conductas que están viendo que su cabeza no acaba de entender qué son”, añade Palacios, además de la exposición al “grooming” de personas desconocidas. De hecho, en la actualidad el 60 % del material de abuso sexual infantil, llamado pornografía infantil, es autogenerado, es decir, las propias infancias y adolescencias se toman fotografías y videos y los comparten a alguien con quien piensan que tienen una relación afectiva en línea y que después les chantajea con hacer más cosas o involucrar a otras personas de su edad. Aunque pensemos que en casa las niñeces están protegidas, se convierte en un mundo fuera del alcance si no está bien supervisado. De acuerdo con datos recabados por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), los registros de lesiones 2010-2023 de la Secretaría de Salud demuestran que en los hospitales de México se atendió por violencia sexual a 9 mil 802 personas de entre 1 y 17 años durante 2023, un incremento de mil 155 % en el transcurso de ese periodo. Esta cifra, significa, además, que ese año ha sido el segundo con mayor incidencia desde que se tiene registro, lo que también duplicó el promedio anual de poco más de 4 mil casos entre 2010 y 2023. En tanto, las principales víctimas de violencia sexual entre 1 y 17 años son mujeres: el 92.3 % de las niñas, niños y adolescentes que son atendidos por ese tipo de agresiones. Aunado a ello, la Redim resalta que el principal sitio donde ocurren agresiones sexuales contra niñas y adolescentes es una vivienda, con un 75.1 % de los casos a nivel nacional que ocurrieron en ese sitio. En tanto, tres de cada cuatro casos de violencia sexual corresponden a personas de entre 12 y 17 años. Convivencia con diferencia de edades, un tema a supervisar Por otro lado, otro tema que, de acuerdo con ILAS, a veces no viene a la mente o resulta incómodo es cuando existen adolescentes que están conviviendo con niños mucho más pequeños, porque es una edad en la que surgen impulsos sexuales que no siempre se pueden controlar o manejar adecuadamente, por lo que a falta de supervisión, pueden ser propensos a querer explorar su sexualidad “con quien esté a la mano”. “Esto no significa, que es algo que me interesaría aclarar, que si un adolescente tiene una conducta sexual abusiva o dañina con un niño, ni que sean pedófilos ni que sientan atracción sexual en preferente para los niños, no forzosamente. Hay muchos casos de adolescentes que tienen este impulso que no pueden controlar, que esto llega a pasar una única vez, pero con que pase una única vez ya crearon un daño tremendo”, advierte Palacios. Añade que en el caso del consumo de alcohol y drogas, resulta un “arma de dos filos”, porque por un lado hay cuidadores que pierden la capacidad de estar atentos al 100 por ciento, y por otro lado, representa un factor de desinhibición para ciertas personas, mediante actitudes que quizá no harían en circunstancias de sobriedad. Más de la mitad de los abusos, subraya la fundadora de la organización, no provienen de personas que califican clínicamente al trastorno de pedofilia. ¿Cómo reforzar la prevención al abuso infantil en la época navideña? Frente a este incremento de factores de riesgo, ILAS propone cinco acciones fáciles y con alto impacto, para reducir el riesgo de abuso sexual infantil. La primera es garantizar que las infancias tengan un espacio separado para dormir, lo cual no implica tener espacios más grandes o más recámaras, sino que si no pueden estar en un espacio solos y deben compartir con los adultos, es mejor que duerman en un espacio público, como la sala, a la vista de todos. La mayoría de los abusos ocurren a puerta cerrada, remarca Palacios. Además, es importante respetar los espacios de intimidad y de privacidad de los niños, por ejemplo, no permitir que un adulto entre al baño donde está un niño y que no se conviva a puerta cerrada con una sola persona adulta. La segunda es tener controles parentales y supervisar las interacciones de las infancias en línea. Aunque puede ser incómodo invadir su privacidad, la organización hace énfasis en dos aspectos importantes: Cuando las personas menores de edad usan dispositivos, la responsabilidad es del adulto, es decir, quien tiene el peso legal de cualquier situación que suceda a través de ese dispositivo es quien lo compró. Ellos no son en realidad dueños del aparato y hay muchas responsabilidades, implicaciones y reglas que tienen que cumplirse, y en cualquier momento es posible revisar el dispositivo electrónico, aunado a que los controles parentales también deben estar en los dispositivos de los adultos si están acostumbrados a prestarlos a las infancias. Otra de las acciones es supervisar a los adolescentes cuando comparten áreas de juego con niños más pequeños y procurar que esas áreas estén a la vista de todos, y explicarles que juegos con demasiado contacto físico no son recomendables con personas que son mucho más pequeñas. “Es importante ir marcando estas diferencias cuando hay un rango de edad muy amplio”, subraya la activista. La comunicación es otra de las acciones de prevención que proponen: antes de acudir a las fiestas o celebraciones, reforzar con las infancias sus conocimientos sobre los límites corporales, y ofrecer poner los límites por ellos si la o el niño no tiene la confianza. “Así de importante como es hablar con los niños, es igual o más importante que hablemos con los adultos, porque no le podemos dejar esta carga de autocuidado a los niños”, precisa. Es decir, expresar abiertamente cuáles son los límites a la convivencia y al respeto a la privacidad, así como no obligar a saludar con besos y abrazos. Además, explicitar el tema y las medidas puede contribuir a que si hay algún abusador presente, sepa que las infancias están informadas sobre la prevención y los límites, y puede ayudar a disuadir. La última, aunque la organización advierte que puede ser un poco idealista, es que haya dos voluntarios de observancia sin alcohol en las fiestas y convivencias, o que se turnen para ser los principales responsables de la supervisión. Es importante que sean dos porque muchas veces el abuso ocurre, precisa Palacios, justamente con el pretexto de ir a revisar qué están haciendo o cómo están las infancias. “Entendemos que puede ser incómodo, hablar de abuso sexual infantil siempre es incómodo porque es algo que muchas veces no nos cabe en la cabeza que pueda pasar, y cuando metemos en la misma frase familia, Navidad y abuso sexual infantil es como un corto circuito que nuestra cabeza no puede tener estas ideas que se contradicen al mismo tiempo, pero justo eso es lo que impide la prevención: el sentir que en nuestra casa no pasa o que a nosotros no”, advierte. Por: Marcela Nochebuena |
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