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Xalapa, Ver.-
En la frontera entre México y Estados Unidos se enfrentan problemas que tienen que ver con bienes públicos internacionales, coordinación, información asimétrica o externalidades, entre ellos saneamiento, inmigración, adicciones, seguridad personal y nacional, hábitats, calidad del agua y del aire, salud pública y transporte transfronterizo, argumentó el profesor emérito de economía de San Diego State University, James Gerber. Por ello señala, que no se requiere más vigilancia policial, sino nuevos modelos de gobernanza, con instituciones binacionales y organizaciones intergubernamentales. Al participar en el Seminario Universitario de la Cuestión Social (SUCS) de la UNAM, el también investigador asociado del Centro de Estudios México-Estados Unidos, de la Universidad de California San Diego, sostuvo que se necesita más coordinación, ya que las problemáticas de la región fronteriza no pueden ser resueltas por México o Estados Unidos solos. La mayoría carece de soluciones que eliminen estas problemáticas, únicamente pueden ser manejadas, por lo que “la reducción de daños debería ser un objetivo principal”, detalla. Al abordar el tema “La economía de la frontera México-Estados Unidos”, considera que los gobiernos federales y estatales deben participar más en la atención de las dificultades que se enfrentan a escala local. En el seminario organizado por el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) James Gerber comentó que el flujo de personas en la frontera es mayor de lo que se cree, hablando solamente de quienes cuentan con documentos; aquellas que ingresan sin estos son pocas, comparativamente hablando. Indica que en 2023, 62 millones cruzaron de territorio canadiense a Estados Unidos, pero también lo hicieron 69 millones, sólo de Tijuana hacia San Diego. Es decir, sólo en ese punto lo hizo más gente que en todos los puntos de control fronterizo EU-Canadá. En total, 252.7 millones fueron de México a la Unión Americana.
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