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XALAPA.- Tras la aprobación de la reforma al poder judicial, la economía del país entró en un territorio desconocido e incierto para los negocios y el crecimiento, advierten calificadoras como Moody's, analistas y empresarios. A su consideración la enmienda puede mermar la fortaleza y las finanzas de la 12° economía mundial, al "erosionar" el equilibrio de poderes y debilitar sus instituciones. En un reporte de Moody's, señalan que el núcleo de sus preocupaciones es el temor de ver a un poder judicial deteriorado como contrapeso del ejecutivo y el legislativo, advierte, ya que México se convierte en el primer país que elegirá a todos sus jueces por voto popular. Inversores advierten que con jueces dependientes de elecciones "habría una inclinación a tomar decisiones basadas en lo que resuene bien entre los votantes", dice Jason Marczak, vicepresidente del centro Adrienne Arsht para Latinoamérica, parte del think tank Atlantic Council. La reforma propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador podría alterar el marco legal del comercio exterior mexicano, altamente concentrado en Estados Unidos y Canadá, sus socios del T-MEC, con los que intercambió mercancías por unos 750,000 millones de dólares en 2023. La estricta normativa que el tratado establece para sectores como el automotriz o para resolver conflictos laborales, podría ser afectada por jueces más pendientes de los votantes que de las leyes. Preocupa que "los jueces no tengan en cuenta únicamente la legislación mexicana y los acuerdos con Estados Unidos y Canadá como parte del T-MEC", añade Marczak. Los cambios en el sistema judicial "serían particularmente perjudiciales" para las futuras inversiones de relocalización de empresas desde Asia a México, advierte Moody's. Esta tendencia, conocida como "nearshoring", busca aprovechar las mejores condiciones logísticas y geopolíticas que México ofrece para abastecer al mercado estadounidense y se erige como gran esperanza para impulsar el crecimiento en el largo plazo. Aunque resulta improbable que estos flujos de inversión se detengan del todo, expertos consideran que la reforma podría enfriar el entusiasmo de muchas empresas. La firma Oxford Economics señala que aunque la reforma no mermará inmediatamente el crecimiento, enfriará la inversión privada, que podría caer hasta 12 por ciento por debajo de lo previsto, arrastrando con ello al PIB. Moody's, en tanto, coincide en que "un shock de confianza prolongado" frenaría la inversión empresarial y reduciría el crecimiento después de 2025.
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