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Xalapa, Ver.-
Como se ve que el Presidente Andrés Manuel López Obrador no paga por consumo de energía eléctrica dada su envestidura, y en ese tenor, como burlándose de quien si lo hacemos, asume que el rescate de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizado por el Gobierno de la Cuarta Transformación desde hace más de cinco años, permite que el precio de la energía eléctrica no aumente en términos reales para beneficiar a los consumidores, cuando el costo se ha disparado en casi 200 por ciento en su Gobierno. pero con sus datos, siempre engañosos, explica que las tarifas sostenidas son resultado de la construcción, rehabilitación y compra de infraestructura eléctrica en el País, que incrementan actualmente la capacidad de generación de energía de la CFE hasta en 54 por ciento, y añade que de haber continuado la tendencia privatizadora que da preferencia a las compañías privadas, sobre todo extranjeras, la empresa del Estado produciría sólo 16 por ciento en 2024, lo que habría significado su paulatina extinción. Explica que la inversión inédita supera a las administraciones de Vicente Fox, de 2000 a 2006, y de Enrique Peña Nieto, de 2012 a 2018, “que en conjunto suman 92.4 millones de pesos”.
Respecto al sexenio de Felipe Calderón, de 2006 a 2012, el promedio anual de la actual administración supera 70 por ciento lo invertido en aquel periodo, detalló el el subdirector de contrataciones y servicios de la CFE, Miguel Alejandro López. Aunque el alza en las tarifas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es evidente -pues la mayoría lo observamos en nuestros recibos-, la afirmación que el presidente hace es en el contexto de que los incrementos no son por encima de la inflación. Sin embargo, según datos oficiales esto también es falso, aún cuando el tabasqueño lo repita casi a diario. Los aumentos son palpables, pero el Presidente insiste que, con el fin de recuperar su vocación de servicio público, la CFE impulsa 35 proyectos de generación con capacidad instalada de 13 mil 920 megawatts; 41 proyectos de distribución mediante subestaciones, transformadores y alimentadores y 60 de transmisión a partir de subestaciones, líneas de transmisión y equipos de última tecnología. “Además, el Gobierno de México formalizó la compra de 13 centrales de generación de energía, antes propiedad de la empresa española Iberdrola, que tienen un volumen de 8 mil 539 megawatts”, comenta.
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