| Aún falta una política efectiva de asilo en el país, dice Acnur. | ||||||
| “En estos años, México se ha vuelto un país de asilo. Realmente ha brindado a personas refugiadas una segunda oportunidad, la posibilidad de reconstruir su vida.” | ||||||
| Domingo 28 de Diciembre de 2025 | ||||||
| Por: La Jornada | ||||||
“En estos años, México se ha vuelto un país de asilo. Realmente ha brindado a personas refugiadas una segunda oportunidad, la posibilidad de reconstruir su vida.” En entrevista con motivo del fin de su gestión al frente de esa oficina, Lepri realizó un balance de la política de asilo del país a partir de dos visiones: por un lado, destacó la posibilidad que brinda de integración y autonomía, y no sólo el reconocimiento, a los refugiados gracias a una histórica política encaminada en ese sentido. Al mismo tiempo, advirtió, México aún encara el reto de consolidar una política pública “estable, sostenible y efectiva” que responda a las necesidades de las personas en movilidad de diversas nacionalidades y que han huido de sus lugares de origen por amenazas, violencia o persecución. “Es como el vaso medio lleno y medio vacío”, apuntó. En el primer caso, destacó que en años recientes se ha visto la llegada de miles de personas en movilidad a la frontera sur de México, que vienen sin nada, a las que se han sumado otras por la norte, debido a los cambios en la política migratoria y de asilo dictada por Donald Trump. “Y en meses logran ser autónomas, tener los hijos escolarizados, acceso a un trabajo formal y ser parte de una comunidad que los recibe y los integra. Eso no es tan común”, pues en otros países del continente no existe una política que vaya en ese sentido. Sin embargo, visualizó también el “vaso medio vacío” porque esas oportunidades se deben consolidar mediante la construcción de una “política de Estado eficaz, con base en cambios legislativos, que se reflejen en planes de desarrollo y en una definición de atribuciones para las instituciones públicas a fin de que el sistema de asilo sea sostenible y de largo plazo”. En este contexto, señaló que la representación de esa agencia en México es la más grande de América Latina, aun cuando este año tuvo una reducción en sus capacidades de manera drástica por una caída presupuestal de 60 por ciento a raíz de los recortes a la ayuda humanitaria internacional del gobierno de Trump, que se prevé continuarán. “No hay ningún aspecto de la operación del Acnur en México que no haya sido impactado por los recortes de este año. Hemos cerrado cinco oficinas y no porque alguna no fuera necesaria, todas lo eran, pero no había otra opción.” Afirmó que la postura de la Casa Blanca ha generado “turbulencias internacionales”, por lo que el multilateralismo “está en crisis”. De ahí la importancia de construir una política de asilo sólida. Destacó que en 2026 la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) tendrá un aumento considerable en su presupuesto: mientras en 2025 tuvo 47.8 millones de pesos, el próximo ejercicio fiscal dispondrá de más de 109 millones. “Es un paso, un progreso”. Se dijo en sintonía con lo expresado hace unos días por la titular de la Comar, Xadeni Méndez, quien durante un foro en Ginebra, Suiza, afirmó que la protección internacional no termina cuando una persona es reconocida como refugiada. Por el contrario, ese paso es el comienzo, y el proceso realmente concluye cuando el Estado receptor brinda las condiciones para la integración y autonomía del solicitante. Lepri destacó la importancia de que México mantenga su voluntad de diálogo y de apertura hacia el exterior, así como la acogida a quienes necesitan de la protección internacional, debido a que la movilidad y la necesidad de apoyo continúan en el hemisferio, al grado de que el número de solicitudes ante la Comar en 2025 se mantuvo muy similares al del año anterior (cerca de 80 mil). |
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