De Veracruz al mundo
El ataque de Trump contra la educación.
“Queremos que nuestros niños sean bien educados, nos encanta que vayan a la escuela”, dijo Trump mientras firmaba su orden para desmantelar la entidad federal encargada de educación este jueves en la Casa Blanca.
Jueves 20 de Marzo de 2025
Por: La Jornada
Foto: AP.
Washington.- Donald Trump ordenó hoy el desmantelamiento del Departamento de Educación de Estados Unidos en su acto más dramático de su guerra contra la educación pública y para imponer una agenda derechista sobre las escuelas y universidades -públicas y privadas- de este país.

“Queremos que nuestros niños sean bien educados, nos encanta que vayan a la escuela”, dijo Trump mientras firmaba su orden para desmantelar la entidad federal encargada de educación este jueves en la Casa Blanca.

La orden ejecutiva instruye que la secretaria de Educación -la ex ejecutiva de la asociación profesional de lucha libre Linda McMahon- facilite la clausura de esa secretaría. Aun no se sabe si se podrá eliminar la secretaría por completo ya que eso implica un acto del Congreso, pero desde que llegó Trump a la presidencia, ya se ha despedido aproximadamente a una mitad del personal, se han cancelado decenas de contratos y discontinuado varios de sus programas y funciones.

A diferencia de las secretarías de educación pública en otros países, el Departamento de Educación no financia ni controla los sistemas de educación pública de kínder a preparatoria del país. Las escuelas públicas son financiadas y administradas a nivel estatal y municipal en Estados Unidos. Fondos federales representan aproximadamente un 14 por ciento del presupuesto de las escuelas públicas. Sin embargo, algunas funciones de esta secretaría sí tienen un impacto en la asistencia a estudiantes con ciertas necesidades como discapacidades, reducción del tamaño de las clases, apoyo para maestros y trabajadores sociales. También hay programas encargados de implementar normas sobre equidad racial. Aun queda en duda cómo se realizarán estas tareas.

Un desmantelamiento del Departamento de Educación tendrá un impacto mucho mayor sobre universidades y sus estudiantes. Esta secretaría maneja los préstamos y asistencia financiera para estudiantes, como el proceso para acceder a estos fondos. La agencia AP reporta que esa secretaría maneja aproximadamente 1.5 billones en deuda estudiantil para más de 40 millones de jóvenes que solicitaron préstamos.

Trump, desde su campaña, prometió clausurar el Departamento de Educación, un objetivo que ha sido favorecido por republicanos conservadores durante décadas. La justificación es “regresar” la educación al control local y estatal, para que sean los padres de estudiantes y sus autoridades locales quienes definan la educación que prefieren. Uno de sus primeros actos como presidente en enero fue declarar que “en años recientes… los padres han atestiguado a escuelas adoctrinando a sus hijos en ideologías radicales anti-estadunidenses mientras deliberadamente obstruyen la supervisión de los padres”.

Pero detrás de esa justificación, lo que esto siempre ha implicado es frenar las normas nacionales, incluyendo sobre el currículum, que según conservadores son promovidas por “la izquierda”, incluyendo la exclusión de la religión en las escuelas. También es para rechazar el manejo de programas para fomentar inclusión racial y de género, conquistas de los movimientos de derechos civiles de minorías, mujeres y de la comunidad gay. A la vez, la propuesta de Trump y de sus aliados es promover lo que llaman “programas de opción escolar” que en realidad es un intento para promover la privatización de la educación al ofrecer pagar colegiaturas en escuelas privadas con fondos públicos.

La guerra universitaria

El uso de fondos federales para librar ataques políticos contra universidades por el régimen de Trump ha provocado alarma entre los administradores de centros académicos por todo el país, sobre todo porque se inició contra algunas de las universidades privadas de mayor prestigio en el país, incluyendo Harvard, Columbia, Yale y ahora la Universidad de Pennsylvania entre otras.

Muchas de éstas reciben millones en fondos federales para apoyar investigaciones en diversos rubros y el gobierno de Trump está cancelando o amenazando con anular esas subvenciones a las universidades que no cumplan con las nuevas órdenes emitidas por el gobierno, desde mayor protección y nuevas medidas contra el antisemitismo, a deshacer normas de inclusión y diversidad racial o de género, y hasta lo que se les permite enseñar.

Trump canceló unos 400 millones en fondos federales para Columbia, obligando la suspensión de investigaciones médicas y científicas y el congelamiento de varios programas, acompañado con una serie de condiciones para recuperar algo de ese financiamiento. Entre las condiciones es la de esencialmente entregarle a la Casa Blanca el control de su Departamento de Estudios de Medio Oriente, Sur Asia y África por los próximos 5 años.

Las otras condiciones incluyen adoptar medidas más extensas para proteger a estudiantes contra el “antisemitismo” -tema que también ha usado para atacar a otras universidades después de protestas estudiantiles contra la guerra de Israel en Gaza y la complicidad estadunidense que incluyeron en su liderazgo a manifestantes judíos.

La Casa Blanca también amenaza con suspender 175 millones en apoyos federales para la Universidad de Pensilvania en torno a su manejo del tema de atletas transgénero, acusando que la universidad ahora “obliga a mujeres a competir con hombres en deportes”.

Decenas de otras universidades están enfrentando las mismas amenazas, con anuncios de investigaciones federales sobre sus normas y prácticas en torno al tema transgénero en los deportes, sus políticas de inclusión y diversidad, Con ello, varias están tomando medidas para intentar complacer al ocupante de la Casa Blanca y/o anunciando recortes de programas y personal académico. La Universidad Johns Hopkins, por ejemplo, anunció que eliminará unos 2 mil empleos por los recortes en fondos federales.

El intento de intervención del gobierno federal en un departamento académico de una universidad privada como el caso de Columbia no tiene precedente, según varios historiadores y expertos entrevistas por el New York Times. Ahora muchas de estas instituciones bajo la mira de la Casa Blanca están observando si Columbia cederá ante el régimen de Trump -la fecha límite del ultimátum es este viernes.


David Brooks y Jim Cason, corresponsales

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