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XALAPA.- Un sueño nocturno insuficiente o de mala calidad a lo largo del tiempo se asocia con padecimientos cardiovasculares, diabetes, demencia e incluso enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Rafael Santana Miranda, coordinador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM explica algunas de las falacias que tenemos sobre el sueño. En entrevista dijo que dormir mal crónicamente está vinculado con varias enfermedades, no obstante, hay muchas que subestimamos y normalizamos, como la apnea del sueño. “Roncar nunca será sinónimo de sueño profundo, aunque así lo asociemos, todo lo contrario”. “Alguien que ronca y tiene pausas respiratorias está enfrentando un trastorno respiratorio en el sueño y lo pone en 400 por ciento más riesgo de sufrir un infarto”, refiere el somnólogo. De cada 10 hipertensos, entre 4 y 7, se lo deben a un problema respiratorio durante el dormir, agrega. Un desfase en el sueño, así como en el horario en que debemos dormir y al que estamos programados genéticamente, añade, modifica el riesgo cardiovascular y metabólico de las personas. Estudios recientes refieren que esto provoca un desfase en el control de la glucosa a nivel central y periférico. “Ahora, la literatura internacional está llena de evidencias que apuntan a que es un desastre: si modificas horario del dormir generará un terrible descontrol y puede predisponerte a enfermedades que son un problema de salud pública en el país: obesidad, diabetes e hipertensión, con consecuencias catastróficas y que, con eventualidades como la pandemia, vulneran más a quienes lo padecieron”. Tras la pandemia, recuerda, se reconoció que los pacientes con problemas respiratorios al dormir son aquellos que padecían de apnea y corrían un riesgo hasta 300 por ciento más alto de ser intubados. Otro padecimiento que se relaciona con trastornos en el sueño, refiere el académico, es la demencia, que implica el deterioro de la cognición y el cual es un problema más de salud pública entre nuestra población. El especialista explica que el tratamiento de trastornos del sueño es un tema complejo, puesto que existen diversas causas, además de la apnea del sueño y los padecimientos respiratorios, también pueden tener un origen social, psicológico, psiquiátrico y neurológico, entre otros. Incluso pueden ser provocados por las llamadas “parasomnias”, comportamientos anormales durante el sueño, que incluye el síndrome de piernas inquietas. Este tipo de complejidad es la que somnólogos y especialistas pueden abordar desde espacios como la Clínica de Trastornos del Sueño (CTS) de la UNAM, así como otras adscritas a instituciones de salud, universidades e instituciones privadas. Cuando los problemas para dormir no han escalado a niveles más complejos y sólo son consecuencia de malos hábitos, se pueden corregir al seguir las recomendaciones básicas de higiene del sueño que cada vez se socializan más, como el evitar el uso de pantallas antes de dormir, regular los horarios para hacerlo, evitar alimentos pesados y altos en grasas, entre otras.
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