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XALAPA.- Aún en 2025 el rol de cuidados está sobrecargado en las mujeres. Esto les ha restado oportunidades laborales y hasta independencia económica. Es por eso que el Sistema Nacional de Cuidados (SNC) destaca que es indispensable para equilibrar la balanza y que más mujeres participen en la economía. Sandra Martínez, analista de México, ¿Cómo vamos? (MCV) explica que para dimensionar el reto, la participación laboral de las mujeres es de 46.4 por ciento, una brecha de 30.4 puntos porcentuales por debajo del nivel de los hombres, y que ha incrementado muy poco. El trabajo del hogar y de cuidados no remunerado en el país equivale a 8.4 billones de pesos; el 71.5 por ciento lo aportan las mujeres y el 28.5 por ciento, los hombres. Si estas labores se pagaran, ellas percibirían un salario de 7,248 pesos mensuales; ellos, de 3,040 pesos, informó el Inegi. Una de las barreras para el acceso femenino al mercado laboral es el tiempo dedicado a los cuidados. Las mujeres destinan 41 por ciento a tareas no remuneradas en el hogar, 4.5 veces más que los hombres. “Las brechas de cuidado son una batalla que les impide a las mujeres insertarse al mercado laboral formal que está relacionado con una mejor calidad de vida, ingresos, y a largo plazo lograr una pensión”, refiere la investigadora. El Sistema Nacional de Cuidados es la oportunidad para elevar la participación laboral femenina, pero éste requiere de un presupuesto robusto que le permita tener una gran cobertura, porque los cuidados son diversos: niños, personas mayores, con discapacidad, expone. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a desarrollar esta infraestructura, “sin un presupuesto considerable, este programa únicamente se va a quedar como una promesa”, considera Sandra Martínez. Para avanzar en la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, la analista de MCV opina que el mejor camino es utilizar la infraestructura que ya está disponible para abarcar el cuidado desde las primeras infancias, hasta el de personas mayores. “Eso es lo complejo de este sistema, que al final requiere atención para poblaciones con necesidades muy diferentes, no en todos los casos son niños. Tenemos las guarderías o centros, la parte de escuelas de tiempo completo, pero, por otro lado, también tienes a personas enfermas o personas mayores que trasladarlos a un centro no va a ser viable”, advierte. Martha Barragán Méndez, directora de Transformación Violeta, la inclusión de las mujeres en el mercado laboral es sólo un paso, también hay que garantizar acceso a empleos de calidad y no sólo al sector de servicios, donde, generalmente, no tienen posibilidades de desarrollo. Al menos 20 millones de mujeres no trabajan debido a que tienen labores de cuidados, pierden oportunidades en todos los sentidos, y el mercado de trabajo no aprovecha su capacidad y aportaciones que podrían realizar, finaliza. Y con el bajo acceso a empleo formal, las mujeres enfrentan otro reto: una vejez incierta. Al dedicar una buena parte de la vida a los cuidados y no integrarse al mercado laboral formal, es probable que no reciban una pensión digna. La Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) considera que el diseño y funcionamiento de los sistemas de seguridad social, en particular los sistemas de pensiones, no son neutrales al género. “Es necesario fortalecer la concepción de la seguridad social con un enfoque de género basado en la evidencia y en buenas prácticas de programas y políticas públicas de cuidados”, refiere el organismo.
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