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XALAPA.- La crisis laboral en México se ve exacerbada por la deportación masiva de migrantes. En ese tenor, el vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, expresó su preocupación por el impacto de la deportación masiva de migrantes en la ya grave crisis laboral que enfrenta México. De acuerdo con Enríquez Báez, el país atraviesa un elevado desempleo, la proliferación de empleos precarios sin prestaciones de ley y un aumento de la informalidad laboral. En este contexto, refirió que la llegada de migrantes deportados, especialmente mexicanos, desde Estados Unidos, representa un nuevo reto para un mercado laboral debilitado. Por lo anterior, el sacerdote católico afirmó que muchas personas en México ya enfrentan dificultades para acceder a empleos estables y dignos, y cuando los migrantes retornen en busca de sustento, se encontrarán con un mercado incapaz de absorberlos. “La crisis laboral ya es una realidad, y el regreso de nuestros connacionales solo profundiza las condiciones de desigualdad”, aseguró Enríquez Báez. El subempleo y la informalidad predominan en el mercado laboral mexicano, lo que impide el acceso a derechos laborales básicos, aseguró. El vocero de la Diócesis de Orizaba destacó la importancia de tomar medidas concretas para fortalecer la economía, tales como incentivar la inversión, fortalecer la industria nacional y apoyar a las pequeñas y medianas empresas, que son las principales generadoras de empleo. En ese sentido, Enríquez Báez destacó que “no podemos sostener a la población únicamente con subsidios”, abogando por un desarrollo sostenible que impulse la creación de nuevas empresas y, por ende, oportunidades laborales para todos. El modelo ideal, según el sacerdote, es uno que permita a las personas acceder a empleos dignos y oportunidades reales de desarrollo. El llamado de la Iglesia se produce en medio de una compleja situación económica y social en México, donde la pobreza y la desigualdad siguen aumentando. Enríquez Báez también destacó la necesidad de implementar políticas públicas que fomenten la inversión nacional y extranjera, mejoren las condiciones laborales y fortalezcan la educación y capacitación para el trabajo. El sacerdote concluyó que es fundamental establecer estrategias a largo plazo que garanticen un desarrollo sostenible y generen empleos dignos para todos los mexicanos, trabajando en conjunto con el gobierno y la sociedad. “Solo con un esfuerzo conjunto podremos construir un país con oportunidades reales de empleo y progreso para todos”, concluyó.
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