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XALAPA.- De acuerdo con Daniel Romero, coordinador del programa de América del Norte de la Universidad Veracruzana, la amenaza de una deportación masiva de migrantes en Estados Unidos representa un riesgo para Veracruz, que se estima tiene más de un millón de migrantes viviendo en ese país. De entre ellos, al menos el 10 por ciento son vulnerables a ser deportados, aseguró. El académico refirió que si se cumple la promesa del expresidente Donald Trump, Veracruz y el resto del país enfrentarán presiones sociales, de salud, educación y, especialmente, económicas. Recordó que los migrantes son clave para la economía de muchos municipios, gracias al envío de remesas. De acuerdo con el Banco de México, Veracruz envía cada año alrededor de 2 mil 500 millones de dólares en remesas. Además, 21 municipios del estado concentran la llegada de estos recursos, que en algunos casos superan el presupuesto federal destinado a los ayuntamientos. Por ejemplo, en 2023, el municipio de Tlapacoyan recibió 933 millones de pesos en remesas, una cifra considerablemente superior a los 133 millones de pesos asignados para su presupuesto municipal. Romero recordó que en los últimos 25 años, Veracruz ha sido un estado clave en el fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos, enviando miles de veracruzanos que, tras enfrentar crisis económicas y la caída de precios de productos como el café y la naranja, buscaron nuevas oportunidades laborales en el norte. “Esta migración ha tenido un impacto significativo, ya que las remesas enviadas por los migrantes han representado una fuente crucial para la economía de muchas comunidades en Veracruz, e incluso en algunos municipios, el dinero recibido de los migrantes ha superado el presupuesto de los ayuntamientos locales”, señaló. Sin embargo, el investigador reconoció que el panorama está cambiando, por lo que las políticas migratorias de la administración de Donald Trump, particularmente con la intensificación de las redadas y la posibilidad de deportaciones masivas, podrían tener efectos devastadores en Veracruz. En ese sentido, alertó que el regreso de miles de migrantes sin recursos podría generar una presión adicional en servicios públicos, infraestructura y empleo, áreas que ya de por sí se encuentran sobrecargadas. “El impacto no solo se percibe en términos de recursos financieros, sino también en el choque social y cultural que enfrentan aquellos que, al haber vivido por años en Estados Unidos, han perdido contacto con sus raíces veracruzanas”. Y es que, consideró que los migrantes deportados, en su mayoría, se encontrarían en una situación económica vulnerable, algunos sin propiedades o negocios que les permitan reintegrarse rápidamente a la vida en México. “El gobierno mexicano y, en particular, el estatal de Veracruz, tendrán que enfrentar el reto de integrar a esta población de regreso, con el riesgo de que muchas de estas personas no encuentren un entorno propicio para su reintegración”, explicó. El académico señaló que la población migratoria no es homogénea, pues hay migrantes que llegaron hace años y han logrado construir un patrimonio en Estados Unidos, mientras que otros, más recientes, podrían estar mucho más desprotegidos. Además, los hijos de estos migrantes, nacidos en EE. UU., podrían enfrentar dificultades para adaptarse al sistema educativo mexicano, ya que muchos no hablan español formalmente. Por otro lado, la dependencia de las remesas es una realidad en Veracruz, pero esta fuente de ingreso es una “variable externa”, la cual está fuera del control directo de las autoridades mexicanas. La reducción de esta fuente económica por las deportaciones masivas podría tener efectos negativos no sólo a nivel local, sino también macroeconómicamente, afectando la estabilidad del peso mexicano frente al dólar. Romero señaló que Veracruz se enfrenta a una situación compleja, donde la llegada masiva de migrantes deportados podría agravar la ya existente dependencia económica de las remesas, mientras que los retos sociales y culturales añadirán una capa extra de presión a un estado que históricamente ha lidiado con grandes desafíos en términos de infraestructura y servicios públicos. “La manera en que México y Veracruz gestionen este retorno masivo será clave para mitigar los efectos negativos y garantizar una transición lo menos dolorosa posible para todos los involucrados”, aseguró. De acuerdo con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, México recibió a unos 4 mil migrantes deportados, en su mayoría mexicanos, en la primera semana de gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.
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