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XALAPA.- De acuerdo con Oscar Padilla, Chief Executive Officer (CEO) de J. García López, la previsión funeraria es una inversión financiera y un acto de amor que garantiza tranquilidad y seguridad a las familias. Refirió que el acelerado envejecimiento de la población en México y la disminución de nacimientos demandan una mayor conciencia sobre la cultura de la previsión funeraria. Explicó que la previsión funeraria es un acto de responsabilidad y amor ante el cambio demográfico sin precedentes que vive México, con una disminución de las tasas de nacimientos y un amento en el número de los decesos. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), en 2025 se registrarán 836 mil defunciones, 16 mil más que el año pasado; mientras que los nacimientos continúan a la baja, señaló. Por lo anterior, consideró que esta transformación y el aumento de la esperanza de vida en la gente refleja el progresivo envejecimiento de la población. “En 2025, el 12.8 por ciento de los mexicanos tendrá más de 60 años, lo que genera desafíos significativos en los sistemas de salud, pensiones y la economía; las principales causas de muerte por males cardiacos, diabetes y cáncer, refuerzan la urgencia de adoptar medidas preventivas para garantizar un envejecimiento digno”, pronosticó. Frente a este panorama, el CEO planteó fomentar la previsión funeraria y asumirla como una necesidad prioritaria. El Jefe Ejecutivo de J. García López, expresó que “el aumento en defunciones implica nuevos compromisos y retos para el sector funerario para ofrecer instalaciones adecuadas, tecnología de vanguardia y personal capacitado para que provea servicios con una actitud empática. Manifestó que contratar un plan funerario anticipado brinda tranquilidad emocional y seguridad económica ante la pérdida y el dolor, además de evitar decisiones precipitadas o riesgosas con servicios y empresas informales. Óscar Padilla destacó que estos planes se consolidan como una inversión que protege contra los efectos de la inflación porque aumentan su valor entre un 5 y 7 por ciento anualmente. Luego habló sobre cómo la tecnología es utilizada hoy para modernizar el sector funerario. Refirió que invertir en innovación permitirá a las empresas ofrecer servicios personalizados y de calidad, adaptados a las necesidades de las familias. “Esto también refuerza la importancia de normalizar la conversación en torno a la muerte, abordándola como un evento natural que requiere planificación y responsabilidad individual”. Expresó que con una esperanza de vida promedio de 79 años para mujeres y 72 para hombres, surge la inevitable reflexión sobre cuántos miembros de la familia tienen 60 años o más. “¿Estoy tomando medidas para planificar su partida o la mía?, por eso fomentar una cultura de previsión funeraria alivia desgastes emocionales y protege la economía familiar, también se convierte en un acto de amor y responsabilidad frente a un futuro demográfico inevitable”, concluyó.
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