TRUMP AMENAZA Y GOBIERNO MEXICANO CEDE. | ||||||
En un país donde casi 5 millones de familias reciben remesas, el impacto de las deportaciones masivas de los trabajadores mexicanos sería muy grande y de graves consecuencias para millones de familias que dependen parcial o totalmente de lo que envían sus familiares en EE. UU. | ||||||
Sábado 18 de Enero de 2025 | ||||||
Por: Homero Aguirre | ||||||
Por: Homero Aguirre Enríquez El próximo lunes 20 de enero inicia el segundo periodo de gobierno de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Muchos mexicanos nos preguntamos cuáles de las amenazas que durante su campaña lanzó contra México y otros países serán cumplidas y el tamaño de los daños que podrían sufrir millones de personas de ponerse en práctica las medidas agresivas anunciadas por el nuevo presidente estadounidense, ninguna de las cuales se debe tomar a broma. En lo que se refiere a México, Trump ha dicho que, de inmediato, iniciará con la deportación masiva de millones de migrantes ilegales, cuyo número total se calcula en más de once millones: "Vamos a hacer la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos", amenazó Trump reiteradamente. Junto con eso, ha dicho que impondrá altos aranceles (impuestos) a las mercancías mexicanas que entren a territorio estadounidense y que declarará a los cárteles de narcotraficantes como organizaciones terroristas, lo que sería la antesala de intervenciones armadas de cuerpos policiacos y militares en territorio de México. Esas medidas, sea que se apliquen sucesivamente o de forma simultánea, provocarán graves problemas a los mexicanos, pues México tiene graves debilidades económicas y sociales, que no se han resuelto con la 4T sino que se han agravado. En un país donde casi 5 millones de familias reciben remesas, el impacto de las deportaciones masivas de los trabajadores mexicanos sería muy grande y de graves consecuencias para millones de familias que dependen parcial o totalmente de lo que envían sus familiares en EE. UU. A eso habría que agregar las complicaciones económicas y de otro tipo, derivadas de recibir a cientos de miles de personas de otros países, a los que se tendría que proporcionar a gran escala lugares provisionales para habitar, asearse y comer, algo que está muy lejos de las posibilidades y de las intenciones del Estado mexicano. En cuanto al daño de subir los aranceles a las mercancías que México vende a Estados Unidos, sería catastrófico. En comercio exterior estamos totalmente a merced de los Estados Unidos, a los que México vende el 80% de lo que exporta. Si Trump le pone un arancel del 25%, por ejemplo, a todas esas mercancías de exportación, los fabricantes tendrán que ofrecerlas a un precio mayor, lo que hará que pierdan la competencia en el mercado estadounidense, y muchos de ellos tendrán que producir menos o cerrar sus empresas, lo que generará cientos de miles de desempleados y todos los problemas que se crean cuando la gente pierde su trabajo. Respecto a la amenaza de intervenir militarmente contra los narcos, mediante drones artillados o desplegando soldados, se trataría prácticamente de una invasión armada que provocaría una guerra entre Estados Unidos y México, cuyo resultado negativo para nuestro país no es muy difícil de predecir. El pueblo de México no está preparado ni anímica ni militarmente para ese choque, mientras que el Ejército mexicano se encuentra dedicado a tareas de construcción, administración de empresas y otras que le han sido asignadas desde el sexenio anterior, igualmente alejadas de la Defensa del país. Si las cosas llegan a ese nivel, es porque los Estados Unidos han decidido apoderarse del territorio y los recursos naturales de nuestra patria, sin que les interesen los mexicanos, salvo los estrictamente necesarios para sus objetivos de dominación económica y política. No estamos hablando de una película catastrofista de ciencia ficción, sino de lo que anuncian las palabras de Trump, que son impulsadas por el debilitamiento mundial que en lo económico y militar ha sufrido el imperio norteamericano, comparado con el auge de China, Rusia y otros países que le compiten con armas similares pero de mejor calidad. Los chinos con mercancías más baratas y de buena calidad aumentando cada día su presencia económica y comercial en todo el mundo; los rusos con misiles hipersónicos que es imposible derribar. Ambos países han logrado unificar en el BRICS a otros, habitados por casi la mitad de todos los seres humanos, que desean un mundo multipolar, sin el control abusivo de Estados Unidos. En las medidas agresivas contra México se revelan dos objetivos de la clase social concentradora del poder en Estados Unidos: primero, presionar al gobierno de México para que bloquee la presencia económica de China en nuestro país; segundo, aumentar el control territorial y de los recursos de América Latina, de México en primer lugar, en esa pugna encabezada por Trump por volver a colocar a Estados Unidos como dominador del mundo. La actitud del gobierno de la 4T, después de un intento fallido de convertir este grave asunto en un duelo de supuestas agudezas y chistes malos, ha sido plegarse de inmediato a las intenciones de Donald Trump (que en algún momento volverá a decir que “nunca ha visto a nadie doblarse así”, como dijo hace años refiriéndose al gobierno de AMLO cuando, después de recibir la amenaza de Trump de subir aranceles a las mercancías mexicanas, ordenó a la Guardia Nacional impedir el paso de migrantes en la frontera sur de México). Así se explica ahora el cierre de plazas comerciales donde vendían a gran escala mercancías chinas, el incremento de aranceles a las importaciones textiles, con clara dedicatoria a las importadoras de ropa proveniente de China; las palabras del secretario de Hacienda señalando como dañino el crecimiento de China en el comercio mundial, que pasó del 1.8% en el año 2000, a un 13.6% en el 2023, haciéndolo responsable de que en Estados Unidos y México hubiera “pérdida de industrias, empleos, pérdida de actividad sobre todo, sectores completos de la economía”; y las palabras de la presidenta Sheinbaum llamando a hacer un bloque de América del Norte para enfrentar a China: “El T-MEC es la única forma de enfrentar con éxito la competencia económica y comercial con China”, dijo. Aunque digan lo contrario, el famoso Plan México es una pared para impedir que China continúe su crecimiento en México y en Estados Unidos, y es una manera de abrirle más las puertas a los inversionistas norteamericanos, lo cual aumentará la dependencia y la fragilidad de México respecto a Estados Unidos. ¿Bastará eso para apaciguar al imperio? Lo más seguro es que no, que esa falta de resistencia del gobierno y la ausencia total de un mensaje que le explique a los mexicanos las causas de las amenazas que sufrimos y las alternativas para liberarnos, aunque sea a mediano plazo, nos hará víctimas de un chantaje permanente y un sometimiento interminable. El abandono total de la posibilidad de diversificar el comercio de nuestro país con otros, como China en este caso, dará aliento al control de los Estados Unidos sobre nuestro territorio y recursos. No es buena noticia para el pueblo de México que el gobierno actual aumente y prolongue con su condescendiente actitud ese lazo de dependencia y sometimiento, del cual sólo podremos liberarnos apoyando que no se concentre el poder mundial en en un solo país y buscando que en México el poder lo tengan verdaderos patriotas, dispuestos a dar la batalla por una verdadera independencia económica y política. |
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