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XALAPA.- Maestros y alumnos de los planteles estatales de educación media superior en México viven un panorama complicado. Ya que el subsistema estatal alberga a más de 2.3 millones de estudiantes, al menos el 45.7 por ciento de estas instituciones carecen de servicios básicos como agua potable, electricidad y sanitarios adecuados, según cifras oficiales. Esta problemática afecta directamente a los jóvenes que cursan su bachillerato en contextos de alta marginación. La educación media superior en el país se divide en 31 subsistemas, lo que genera una administración altamente fragmentada. Esta diversidad incluye servicios federales, estatales, descentralizados y desconcentrados, organizados bajo seis tipos de control administrativo distintos. En particular, el subsistema estatal concentra al 42.7 por ciento del total de los alumnos matriculados en este nivel educativo, atendidos por más de 140 mil docentes en 7,726 planteles. La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) revela en su último informe que la mayoría de los planteles de bachillerato —ya sean federales, estatales o privados— están localizados en zonas urbanas y con niveles de marginación media, baja o muy baja. Esto limita la accesibilidad para estudiantes en regiones rurales, quienes enfrentan mayores barreras para completar su educación media superior. Por su parte, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha planteado como meta incrementar la cobertura de este nivel educativo del 81 por ciento al 85 por ciento mediante el Plan Integral del Sistema Nacional de Bachillerato de la Nueva Escuela Mexicana. Sin embargo, este proyecto debe afrontar retos importantes, como la desigualdad en infraestructura y la diversificación administrativa que dificulta su implementación efectiva. Sin embargo, garantizar que los planteles cuenten con los servicios básicos necesarios será clave para el éxito de estas reformas.
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