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Xalapa, Ver.- En su informe de 2024, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) calificó con 6.31 puntos los centros penitenciarios del estado de Veracruz. Sin embargo, el organismo advirtió sobre retrocesos en las condiciones de los reclusorios, como el hacinamiento y la sobrepoblación en la mayoría de los centros, así como la insuficiencia de personal de seguridad y custodia. En ese sentido, los siete Centros de Readaptación Social (Ceresos) en Veracruz tienen calificaciones que van desde 6.06 a la más alta de 7.10; la calificación más baja la obtuvo el Cereso de Pánuco y la más alta el de Jalacingo. El informe revela que los Ceresos que han mostrado retrocesos en sus condiciones son los de Poza Rica y Tantoyuca, sobre todo en temas como garantizar la estancia digna y la reinserción social de los detenidos. En el Cereso de Chicontepec, la CNDH detectó que existe hacinamiento, deficiencias en la atención a personas privadas de la libertad en condiciones de aislamiento, así como en los servicios de salud. “Hay una falta de prevención de violaciones a derechos humanos, deficiencias en la alimentación, así como deficientes condiciones de higiene en las instalaciones tanto en la cocina como en talleres y deficiencia de personal de seguridad y custodia”. En el Cereso de Huayacocotla, se detectaron deficiencias en los servicios de salud, así como insuficiencia en programas para la prevención y atención de incidentes violentos. Además, existen deficiencias en el procedimiento para la imposición de sanciones disciplinarias, mala separación entre procesados y sentenciados; insuficientes actividades deportivas, así como una deficiente separación entre procesados y sentenciados. Hay deficiencia en la atención a personas con discapacidad, así como en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria. En el Cereso de Jalancingo, a pesar de que tiene la calificación más alta entre todos los Ceresos del estado de Veracruz, la CNDH señaló que hay condiciones de hacinamiento y sobrepoblación. Además, existe deficiencia en la separación entre hombres y mujeres, así como insuficiencia en instalaciones necesarias para el funcionamiento del centro. También existen deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias. En el Cereso de Ozuluama se detectó falta de prevención en las violaciones a derechos humanos y de atención en caso de detección; falta de supervisión del funcionamiento del centro por parte del titular; deficiencias en la alimentación de los internos y falta de capacitación del personal penitenciario, así como falta de normatividad para regir en el centro. También hay una inadecuada clasificación de presos, así como insuficiencia de actividades deportivas, laborales y de capacitación. En el Cereso de Pánuco, el peor calificado de la entidad, la CNDH detectó condiciones de hacinamiento y sobrepoblación. Además, deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias, falta de normatividad que rige al centro como reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables, su difusión y actualización. También se halló una insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria. En el Cereso Poza Rica, se detectó deficiente atención a personas privadas de la libertad en condiciones de aislamiento; en los servicios de salud, hacinamiento y sobrepoblación. Además, cuenta con deficientes condiciones materiales y de higiene de instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad. Inexistencia o deficientes condiciones materiales e higiene de instalaciones para la comunicación con el exterior. Tampoco cuenta con las instalaciones necesarias para el funcionamiento del centro y enfrenta una falta de capacitación del personal penitenciario e insuficiencia de personal de seguridad y custodia. En el Cereso de Tantoyuca, hay condiciones de hacinamiento, deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias. Además, insuficiencia de personal de seguridad y custodia, deficiente separación entre procesados y sentenciados y una inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad. A esto se suman deficientes condiciones materiales y de higiene de instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad. Inexistencia o deficientes condiciones materiales y de higiene de instalaciones para la comunicación con el exterior. En el Cefereso 5 Villa Aldama, la CNDH le dio un puntaje de 8.15, pero detectó insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos. Además, el personal de seguridad y custodia resulta insuficiente, así como deficiencia en la atención de personas adultas mayores.
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