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XALAPA.- Exhibido por el diputado priista Héctor Yunes Landa, que lo acusó de tener varias propiedades, entre ellas un rancho, un hotel y mansiones a nombre de su escolta, en su comparecencia ante el Congreso del Estado, la primera de la glosa del último informe de Cuitláhuac García, el secretario de Gobierno, Carlos Alberto Juárez Gil, echó mano de la narrativa oficial para pintar un Veracruz color de rosa, que solo existe en la burbuja de incondicionales del actual gobierno morenista, ajenos a la realidad política y social que padece Veracruz en materia de inseguridad, polarización social y un desastre en materia de infraestructura agravado por la ineficiencia y omisiones de la administración estatal. Y es que, el responsable de la política interna del estado, presumió que se realizaron 231 mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz – una especie de turismo político en el que los funcionarios del gabinete de seguridad se desplazaron a los municipios para revisar entre ellos sus cifras alegres en materia de seguridad -, con lo cual, según él, contribuyeron a disminuir el índice de violencia y a fortalecer la gobernabilidad en todo el territorio estatal. También presumió que se capacitó a casi 2 mil personas de 29 municipios en temas de derechos humanos y atención a la población, cuando es público y notorio que las dependencias no aceptan las recomendaciones emitidas por la Comisión Estatal de Derechos Humanos. También informó que se instalaron 165 consejos municipales de población, se dieron casi 750 capacitaciones en temas de sexualidad y prevención del embarazo a más de 15 mil estudiantes de 36 municipios y se capacitó a más de 3 mil personas servidores públicas encargadas de la guía consultiva de desempeño municipal en los 212 ayuntamientos. Según Juárez Gil, acabar en Veracruz “con el oscuro pasado de corrupción, discriminación, injusticia y desigualdad no fue sencillo, pero hoy se vive una nueva realidad transformada”. Señaló que el mérito histórico es colectivo, “ha sido la suma de voluntades de mujeres y hombres decididos a desterrar gobiernos que hicieron del abuso una práctica diaria, para darle hoy una oportunidad de servir a una nueva generación dedicada a hacer mejor las cosas por el bien de todas y todos", expresó, aunque olvidó mencionar los cientos de veracruzanos detenidos por las policías estatales por el delito de ultrajes a la autoridad, que de no ser porque fue derogado por la Suprema Corte, seguiría llevando a cientos de jóvenes a prisión. Según el secretario de Gobierno, el primero de diciembre de 2018 comenzó la nueva historia en México y Veracruz, por lo cual consideró que se vive un antes y un después en la vida política social y de bienestar que se hizo realidad en cada municipio. "Lo que muchos pensaron que se trataba de un discurso, se convirtió en una acción traducida en obras, servicios y gobierno cercano al pueblo. En palabras claras: la transformación llegó para quedarse en Veracruz, como en todo México", dijo muy orondo. Juárez Gil aseguró que esa ha sido la fortaleza de la actual administración, “ser un pueblo que sabe ser gobierno, porque sirve al pueblo. Juntos mujeres y hombres, sociedad y gobierno, hemos construido el primer piso de la transformación y en Veracruz la estabilidad política, la gobernabilidad traducida en armonía social, el progreso colectivo y paz pública es una realidad", expresó. Armonía social, progreso colectivo y paz pública que solo existen dentro de las paredes del Palacio de Gobierno, que durante todo el sexenio cuitlahuista estuvo cerrado con cadenas y candados a la población. Pese a ello, el Secretario afirmó que los números hablan por sí solos, pues los resultados están a la vista. Vaya caso.
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