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XALAPA.- Debido al deslizamiento masivo de tierra registrado en la autopista Acultzingo-Ciudad Mendoza, que bloqueó uno de los tramos más transitados de Veracruz hacia el centro de la república, situación que se ha agrava ante la saturación de las rutas alternas y la falta de un plan claro por parte de las autoridades, las pérdidas económicas ya superan los 100 millones de pesos. Y es que, el cierre indefinido de la vía, que ocurrió el pasado 25 de octubre debido a un deslizamiento de más de 150 mil toneladas de lodo y piedras, sigue afectando gravemente tanto al sector del transporte como a la economía regional, pues el colapso de este tramo de la autopista ha interrumpido el paso de 30 mil vehículos diarios, entre los cuales se incluyen camiones de carga, tráileres y vehículos particulares. Han sido los transportistas, especialmente aquellos dedicados al transporte de mercancías, los que han tenido que recurrir a rutas alternas como Xalapa, Perote y Paso del Toro, lo que ha incrementado considerablemente sus costos de operación y tiempos de viaje. En ese tenor, Enrique Guillomen, presidente de Coparmex Orizaba, señaló que los retrasos no solo aumentan los costos logísticos, sino que también impactan directamente en la rentabilidad de las empresas. El empresario denunció que los costos se han triplicado para los transportistas que deben tomar rutas alternativas, y la falta de un plan claro por parte de las autoridades no hace más que empeorar la situación, misma que se agrava por la saturación de las rutas alternativas, que están colapsando debido al alto volumen de tráfico. Prueba de ello es que los conductores enfrentan jornadas de hasta 18 horas para poder completar su trayecto hacia el Altiplano, lo que representa un enorme sacrificio físico y logístico, pues muchos deben viajar sin descanso, sin servicios básicos y enfrentando condiciones de seguridad cada vez más precarias en la zona. Aunque las autoridades de Caminos y Puentes Federales (Capufe) han propuesto una posible solución a largo plazo, que incluye la construcción de un túnel, esta opción requeriría una enorme inversión y varios años de trabajo. Mientras tanto, se ha propuesto un plan provisional que consistiría en la construcción de una cercha de pilotes para crear un camino temporal de 420 metros de largo y 7 metros de ancho, pero los avances son lentos, con muy poco personal trabajando en la zona del derrumbe. Por su parte, el delegado de Canirac, Juan Carlos Martínez, lamentó que solo hay dos máquinas trabajando en la zona, lo que dificulta la remoción de las toneladas de tierra y piedra que bloquean el paso. Más aún, el impacto del bloqueo no solo ha afectado al sector del transporte, sino también al turismo, que ha experimentado una disminución significativa en la llegada de visitantes a la región de Córdoba-Orizaba. De acuerdo con Marisol Gutiérrez Pontón, representante del Fideicomiso del 2% de Hospedaje en las Altas Montañas, las cancelaciones de reservaciones han aumentado drásticamente debido a los largos tiempos de viaje y a la falta de información sobre las rutas alternativas. Los empresarios y transportistas han expresado su frustración debido a la falta de un plan concreto por parte de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transporte (SICT) para resolver la crisis. A pesar de las constantes quejas, aún no se ha anunciado un cronograma claro para la reapertura de la autopista, lo que mantiene en incertidumbre a miles de afectados. Así las cosas.
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