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Xalapa, Ver.-
Es necesaria la colaboración entre las diferentes instituciones gubernamentales y la iniciativa privada para “tener claridad a groso modo” de cómo serán las primeras bases que encaminen la transición energética del país “ante la falta de detalles” de operación en este punto del Plan Nacional de Energía, señala Karla Cedano Villavicencio, académica del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Con la finalidad de que México cumpla para 2030 su compromiso de reducir las emisiones contaminantes, Cedano destaca que en este proceso estarán involucrados, “en materia de gobernanza”, las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Energía, Hacienda y Crédito Público, Comunicación y Transportes, junto con Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, además de otras instituciones públicas y privadas, “lo que da una dimensión de proyectos”. El equipo presidencial detalla que la transición contempla para 2030 una demanda energética que alcance 64 mil 979 megavatios, con una generación base de 32 por ciento de energías limpias y el resto térmica. Sin embargo, prevé tres escenarios en los que la producción hecha con fuentes renovables iría de 38 a 45 por ciento, así como una generación adicional de entre 21 mil 846 y 28 mil 947 megavatios. La especialista resalta que “ante el planteamiento de los cómo para llegar a esa meta, la inversión privada es un tema, el que tengamos personas expertas en finanzas encabezando los espacios de Secretaría de Energía o la Comisión Federal de Electricidad creo que es extraordinario porque necesitamos entender lo económica para convertirlo en lo energético, o en otros sectores”, como el medioambiental, como lo hace la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Resaltó que “hay una amplia entrada de la iniciativa privada”, con la que existe un diálogo ante las necesidades de las autoridades y del país. Además, destaca la continuidad de programas sociales que se crearon en sexenios pasados, ya que “pueden sumar en estrategias” a la transición, como lo que sucedió con Sembrado Vida o CFE Capital, en el que la población, principalmente la joven, se involucró en las actividades medioambientales o se crearon inversiones sin incurrir en deuda para dar inicio a proyectos energéticos.
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