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XALAPA.- Más de la mitad de la producción mundial de alimentos correrá el riesgo de fracasar en los próximos 25 años a medida que la crisis hídrica se acelera por los efectos del cambio climático, a menos que se tomen medidas urgentes para conservar los recursos hídricos y poner fin a la destrucción de los ecosistemas de los que dependen del agua dulce, alerta la Comisión Global sobre la Economía del Agua (GECW, por sus siglas en inglés). En un informe señala que la “situación ya es dramática hoy” debido a que cada día mil niños mueren por falta de acceso a agua potable, más de 2 mil millones de personas carecen de acceso a este servicio y 3 mil 600 millones de personas (44 por ciento de la población mundial) carecen de servicios sanitarios seguros por esta crisis hídrica. La organización, creada en 2022 por el gobierno de Países Bajos, argumenta que el mundo se enfrenta a un creciente desastre hídrico. Por primera vez en la historia de la humanidad, el ciclo hidrológico está desequilibrado, lo que pone en peligro un futuro equitativo y sostenible para todos, Alerta que el cambio climático, el uso destructivo de la tierra, la debilidad de la economía y la mala gestión de los recursos hídricos han sometido al ciclo mundial del agua a un “estrés sin precedentes”. Las regiones densamente pobladas como el noroeste de India, el noreste de China, el sur y el este de Europa son especialmente vulnerables a la escasez de agua, señala. La falta de agua ha provocado sequías, inundaciones, olas de calor e incendios forestales cada vez más frecuentes y graves en todo el planeta. Más de la mitad de la producción mundial de alimentos se encuentran actualmente en zonas donde se prevé que el almacenamiento total de agua disminuya, por lo *que para 2050 estará en riesgo. Sin la aplicación de medidas, los problemas relacionados con el agua dejaran pérdidas económicas de 8 billones de dólares (8 por ciento del PIB mundial) para ese año. También se prevé que la demanda de agua dulce supere la oferta en 40 por ciento para finales de esta década. "Lo más grave es que, si bien la degradación de los ecosistemas de agua dulce es en sí misma una víctima del cambio climático, incluida la pérdida de humedad del suelo, lo que ha provocado la pérdida de biodiversidad en el mundo, detalla la GECW. La escasez de agua dulce ocasiona, entre otras cosas, mayores carencias de nutrientes en las poblaciones, enfermedades más extendidas, mayores desigualdades dentro de los países y entre ellos, aumento de conflictos y migraciones forzosas. En el link https://shorturl.at/Xoojw puede leer el informe completo.
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