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XALAPA.- La deuda neta del sector público federal de México se fue al alza en los últimos tres sexenios, sobre todo en el que encabezó el expresidente Andrés Manuel López Obrador para ubicarse, hasta agosto de este año en 16,660,155.3 millones de pesos, monto equivalente al 50.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. De acuerdo con un reporte del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, desde el sexenio de Felipe Calderón la deuda neta del sector público federal fue evolucionando pues se ubicaba en 9,212,538.8 millones de pesos al final de su gobierno, Peña Nieto la dejó en 14,692,553.4 millones de pesos y López Obrador la disparó a 16,660,155.3 millones de pesos. Según el análisis la “Evolución de la deuda neta del sector público federal en México durante las últimas cinco administraciones federales, 1994-2024”, la deuda neta del sector público federal del gobierno mexicano es equivalente al 50.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En el período 1994-2007 predominó en dicha variable una tendencia decreciente, mientras que para el período 2008-2024 tuvo una tendencia predominantemente creciente. El IBD alerta que si bien el nivel de endeudamiento de México como proporción de su PIB es menor que el de la mayoría de las economías de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tendencia creciente de la deuda neta respecto al PIB que ha prevalecido desde 2009, podría continuar acercando gradualmente al país a un contexto cada vez más similar al de naciones que enfrentan elevados niveles de endeudamiento con relación al tamaño de su economía. De acuerdo a varias calificadoras y analistas, el principal reto para el gobierno de Claudia Sheinbaum será reducir el déficit fiscal, que este año cerrará en casi 6 por ciento, considerado el más alto desde finales de los años 80´s. Analistas advierten que si no se logra una consolidación fiscal en el mediano plazo, en el que México tenga niveles de déficit más bajos, cercanos al 2 por ciento, al final del sexenio la deuda podría ascender a niveles cercanos al 60 por ciento respecto del PIB. Dicho estudio señala que en el último año de gobierno del Presidente Salinas de Gortari (1994), la deuda neta del sector público federal representó el 28.5 por ciento del PIB, mientras que para el último año de gobierno del Presidente Zedillo (2000) dicha proporción se ubicó en 18.8 por ciento del PIB. En tanto que en el último año de gobierno del Presidente Fox (2006) la proporción de la deuda neta representaba el 17.8 por ciento del PIB, y para el final del gobierno del Presidente Calderón (2012) dicha proporción había ascendido a 32.4 por ciento del PIB. Mientras que en el último año de gobierno del Presidente Peña Nieto (2018), la proporción de la deuda neta respecto al PIB fue de 44.7 por ciento, y para agosto de 2024, dentro del último año de gobierno del Presidente López Obrador, dicha proporción representó 50.5 por ciento del PIB al considerar los primeros dos trimestres de 2024. En el reporte del IBD establece que, si bien la deuda pública puede ser un instrumento útil para adoptar medidas contra cíclicas para hacer frente a crisis económicas, un menor nivel de endeudamiento como proporción del PIB permite mantener finanzas públicas más sanas y fiscalmente sostenibles. Debido a la deuda incrementarían las obligaciones financieras y se daría un mayor déficit fiscal, ubicándose como uno de los principales riesgos para el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
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