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Xalapa, Ver.- En México, las niñas y adolescentes conforman uno de los grupos más vulnerables en términos de acceso efectivo a derechos como la salud, la educación, la seguridad alimentaria, la vivienda digna y la recreación. Además, están especialmente vulnerables a la violencia sexual y reproductiva. Las menores que viven en contextos de violencia y marginación, así como las niñas racializadas y pobres son quienes más retos enfrentan para acceder a estos derechos básicos. En el país viven 17.5 millones de niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años; que representan 48 por ciento del total de la población infantil, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). De este total de niñas y adolescentes cerca de la mitad (46%) se encuentran en algún grado de pobreza o presentan alguna carencia por derechos sociales. En términos absolutos, son 8 millones 359,655 de niñas y adolescentes las que no tienen acceso a la canasta básica y tienen dificultades para acceder a sus derechos básicos, de acuerdo con cifras de la Medición de Pobreza 2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Además de la pobreza multidimensional, se tienen datos sobre el nivel de acceso a sus derechos. Se observa que las niñas y adolescentes en México presentan amplias carencias en el acceso a la seguridad social y los servicios de salud; cerca de la mitad de ellas está excluida de estos derechos. Por su parte, la educación es el rubro que presenta el menor nivel de carencias en este grupo poblacional. En el marco del Día Internacional de la Niña se detalla que el 58 por ciento de las niñas y adolescentes no están afiliadas en instituciones de seguridad social (en relación con la situación de sus padres). El 42 por ciento de las niñas y adolescentes no tienen acceso efectivo a servicios de salud. El 22 por ciento no tienen acceso efectivo a servicios públicos en el hogar, como agua, electricidad o gas. El 21 por ciento no tienen acceso efectivo a una alimentación nutritiva y de calidad. El 13 por ciento residen en viviendas que no cuentan con calidad y espacio óptimos. El 11 por ciento presentan rezago educativo, lo que implican que no están en el nivel escolar que corresponde a su edad. Las niñas y adolescentes en México son también uno de los grupos más vulnerables en términos de violencia. Representan casi el total de las víctimas de delitos sexuales, como acoso, abuso, pornografía infantil y violación. Estos delitos no han logrado ceder de manera significativa en los últimos años y constituyen uno de los retos más grandes para garantizar una vida libre de violencia. El embarazo adolescente es otro de los grandes retos en materia de salud pública; sólo durante 2023 se registraron 101,147 nacimientos en donde la madre era menor de edad al momento del parto. Lo más alarmante: 10 por ciento de estos casos fueron en niñas de 14 años o menos. Pese a que en el país está prohibido el matrimonio infantil todavía existen prácticas de vinculación sexo-afectiva en comunidades apartadas, lo que vulnera los derechos de las niñas y mujeres. Agregando que México es un país profundamente desigual; cuando se desglosa por entidades federativas se observa que algunas presentan niveles de hasta el doble en comparación con otras. Chiapas es la entidad con mayor población de niñas y adolescentes en esta situación: 8 de cada 10 se encuentran en algún grado de pobreza. En Guerrero y Oaxaca, son 7 de cada 10. Estos tres estados son, además, los que presentan mayores carencias sociales en su población infantil.
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