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Xalapa, Ver.- El uso de fertilizantes permite a los productores agrícolas obtener una mayor producción de cultivos, con lo que se logra satisfacer la demanda, sin embargo, su uso conlleva un impacto ambiental a diferentes niveles, desde el empleo de materias primas finitas y el uso de la minería a procesos de fabricación poco sostenibles, pasando por la obtención de productos poco eficaces que aumentan la contaminación medioambiental. Durante décadas, la filosofía agrícola se ha sostenido en el exceso de aportes nutritivos al campo. Como gran parte de los nutrientes se pierden por el camino, se hace necesario añadir un extra importante para satisfacer las demandas del cultivo. Esto ha generado, más allá de sobrecostes, una huella ambiental considerable, tanto en el aire como en las aguas y el suelo, haciendo a este último cada vez menos fértil. En este contexto, en el Grupo de Biología y Química Agrícola (BACH) del Instituto BIOMA de la Universidad de Navarra realiza investigaciones para optimizar los recursos naturales, tanto del suelo como de los cultivos, y desarrollar estrategias alternativas más eficaces y sostenibles con el menor impacto medioambiental. Para ello, estudian a fondo las estrategias de las plantas para absorber y utilizar los nutrientes. De la misma manera, profundizan en la bioquímica que se da en el suelo. Partido de un acercamiento no invasivo a la realidad para aprender de ella y desde ahí diseñar soluciones. Dicho estudio revela, que las plantas muestran que estas liberan unos ácidos orgánicos por las raíces cuando necesitan nutrientes. Igualmente, revela que cuando tienen que poner en marcha estos mecanismos de toma de alimento, aprovechan y exprimen mucho más los nutrientes absorbidos. Por su parte, el estudio del suelo desvela la existencia de una materia orgánica especial llamada ácido húmico con unas propiedades bioestimulantes interesantes para las plantas, al igual que la presencia de microorganismos del suelo que pueden asociarse simbióticamente a la planta para mejorar su crecimiento. De esta manera, la investigación de BACH revela que bioestimulantes basados en ácidos húmicos para mejorar la producción agrícola. Fertilizantes con ácidos húmicos que se liberan solo cuando las plantas liberan los ácidos orgánicos. Es decir, fertilizantes que no se pierden por el camino (no contaminan) y se toman solo cuando la planta los necesita. Un método de fabricación de fertilizantes sin medios acuosos y con mayores rendimientos, por mecanoactivación. Mediante este sistema se mezclan los reactivos sólidos en un molino con bolas cuyo rozamiento genera el calor necesario para que se dé la reacción. Señalan que el futuro de los fertilizantes descansa sobre un diseño y una aplicación menor, más eficaz y sostenible. Y para ello, hace falta investigación profunda y de calidad que proporcione soluciones para lograrlo.
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