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Xalapa, Ver.-
Las redes sociales son medios de producción, porque están “aceptando batallar en una plataforma diseñada para que los mensajes reaccionarios ganen y la gente crea que está organizándose, que está militando o planteando estrategias revolucionarias simplemente interactuando en ellas, indica, Ekaitz Cancela, quien lleva diez años investigando el cruce entre el capitalismo y las tecnologías. En entrevista con La Jornada, el oriundo del País Vasco expone la necesidad de un socialismo digital que procure estar al servicio de la creatividad y la autonomía humana, mucho más que del capital y la expropiación. Se autodefine como un escritor que trata de leer los fenómenos tecnológicos desde perspectivas propias del materialismo histórico, la economía política y la filosofía. Para el joven vasco, “el discurso de las élites está muy bien diseñado y financiado con expertos en relaciones públicas, think tanks, fundaciones de ideas a los que financian para establecer una hegemonía intelectual donde parece que no hay alternativa al progreso tecnológico que encabezan una serie de empresas estadunidenses, y para lo cual niegan o evitan hablar de la materialidad que hay detrás de palabras como la nube, que está llena de cables, datos, minerales y otras materias primas que se extraen, trabajo esclavo y feminizado. Está llena de expropiación”. Dice que “La única alternativa para solucionar este gran embrollo en el que nos han metido el neoliberalismo y Silicon Valley es socializar las infraestructuras tecnológicas, descentralizarlas y armar formas económicas, pero también culturales, sociales, que no sean startup o de empresa a la hora de distribuir y socializar los productos y los servicios del siglo XXI, que son hípertecnológi-cos”. Cancela sostiene que el trabajo explotado está presente en distintas plataformas. En el caso de México, “el dato es que 60 por ciento de las trabajadoras detrás de los chatbots de inteligencia artificial, quienes responden a preguntas, expues-tas en algunos casos a violencia sexual, son mujeres precarias mexicanas”, indica. Luego de denunciar el trabajo esclavo que causa muertes y violaciones de derechos humanos en el Congo, el autor afirma que a veces parece que no hay lucha de clases con lo digital, que ya ha desaparecido, que ha llegado el fin de la historia, pero sólo mirando la cadena de producción y logística detrás de un celular ves que la lucha de clases está todo el rato presente. Para Cancela, las redes sociales son medios de producción, porque están “aceptando batallar en una plataforma diseñada para que los mensajes reaccionarios ganen y la gente crea que está organizándose, que está militando o planteando estrategias revolucionarias simplemente interactuando con las redes sociales, mediante iniciativas que tienden a individualizar la acción [con] pensamientos extremadamente anticolectivistas (…) y es él quien tiene que cambiar las cosas en lugar de la ciudadanía organizada de manera revolucionaria”. En la misma lógica hegemónica de las directrices de Silicon Valley, el joven vasco destaca que existe una economía de guerra, “una especie de keynesianismo militar que redistribuye las ganancias que se están produciendo por la compraventa masiva de todo tipo de tecnologías de guerra.
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