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XALAPA.- El panorama político en Venezuela nos ofrece un claro recordatorio de las aspiraciones autoritarias de ciertos gobiernos en América Latina, alerta la Jefa de Oficina de la Coordinación del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, Itzel Arellano Cruces. Señala que el reciente proceso electoral, manchado por acusaciones de fraude y manipulación, nos recuerda cómo los regímenes autoritarios se perpetúan en el poder a expensas de la democracia, las libertades y los derechos humanos. Sin embargo, lo que resulta aún más alarmante es la postura adoptada por el gobierno de Morena en México, que ha mostrado una preocupante cercanía con estos regímenes. Ejemplo de ello, dice es la invitación a Vladimir Putin para asistir a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum que no es solo un acto diplomático, sino una declaración de valores y alianzas que nos deja en una posición comprometida ante la comunidad internacional. Señala que mientras el mundo condena a Rusia por sus acciones en Ucrania, México recibe con alfombra roja a un líder acusado de crímenes de guerra. Ante ello, recuerda que en 2023 participaron soldados rusos en el desfile del Día de la Independencia en el año, mientras que otros países condenaban la agresión rusa. Ante ello, Arellano Cruces señala que el gobierno mexicano parece ignorar las implicaciones éticas y políticas de tal invitación. La justificación de que “todos los países del mundo están invitados suena vacía cuando consideramos el contexto global y las atrocidades cometidas”. Alerta que la cercanía de México con regímenes autoritarios no se detiene ahí. Recordó el asilo otorgado a Evo Morales tras su controversial salida de Bolivia, y el respaldo ofrecido a la familia de Pedro Castillo, el expresidente peruano que intentó dar un golpe de Estado. Señala que “estos actos debilitan nuestra credibilidad como defensores de la democracia y envían un mensaje preocupante sobre nuestras propias tendencias políticas”. En el caso de Venezuela tras la elección presidencial del 28 de julio, México decidió no participar en la sesión de la OEA que abordaría esta crisis, mostrando una indiferencia que se acerca mucho a la complicidad, la panista resalta: “Esta postura no es un error diplomático, es un reflejo de una alineación peligrosa con gobiernos que reprimen a sus pueblos”.
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