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XALAPA.- El 15 de julio el Congreso del Estado de Puebla aprobó la despenalización del aborto hasta la semana 12.6 a lo que la Arquidiócesis Primada de México señala que la sociedad actual se ha vuelto egoísta en torno a la maternidad; considera que si la persecución penal a una mujer que se ve forzada a abortar “puede ser” una injusticia social, “es necesario reconocer también que la eliminación de esa persecución sigue sin modificar a esa mujer, las condiciones que le están obligando a abortar”. En el editorial del semanario Desde la fe, indica que hay visiones que sólo buscan evitar la maternidad propia y de terceras personas, pues consideran que liberando a la mujer de ella será completamente libre, pero las políticas públicas y las leyes deben dar opciones reales a la mujer embarazada, para que “sin tener que eliminar a su hijo, pueda continuar con sus estudios, su trabajo y su vida”. Menciona que si no estaba en sus planes embarazarse, tampoco lo estaba “deshacerse de su hijo. Es una tragedia que socialmente abandonemos a las mujeres embarazadas en situación difícil, y se les muestre como única salida la eliminación de su hijo”, para poder continuar con los proyectos laborales, educativos y familiares que le rodean. Opina que ante esto, es importante construir una cultura de respeto a toda vida. “Es muy común escuchar las inquietudes de nuestros jóvenes sobre el cuidado de la naturaleza. Vemos que son capaces de cambiar de hábitos de consumo con el objetivo de cooperar un poco con el cuidado del planeta. Eso nos habla de una juventud responsable, capaz del sacrificio por el bien común”. A los jóvenes, dice, les toca “defender al ser humano del holocausto silencioso que amenaza a nuestra raza. A los hombres, padres de familia, les toca esa responsabilidad de proteger a sus mujeres y a sus propios hijos desde el inicio de su desarrollo”. A la sociedad entera, “nos toca dar opciones de vida para la mujer embarazada, que no exista un sólo despido laboral por este motivo”.
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