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Foto:
Ambrosio Pablo Hernández
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Xalapa, Ver.-
La venganza contra Miguel Ángel Yunes Márquez, tiene por objetivo adicional impedir que tome protesta como Senador de la República, electo para ese cargo por más de un millón de veracruzanas y veracruzanos. Y de esta forma, eliminar una voz en la tribuna del Senado de la República que pueda denunciar la corrupción y la ineptitud del gobierno de Veracruz. En MORENA son de los que no saben ganar. Porque las victorias electorales no las toman como una oportunidad de hacer el bien y de demostrar una diferencia, por el contrario, pervierten la confianza ciudadana usándola como un cheque en blanco para cometer todo tipo de arbitrariedades y crímenes, en contra de quien se atreva a denunciar sus abusos y contra quienes tienen una visión divergente o pertenecen a una institución política distinta a la del régimen. El partido guinda hace uso de la Fiscalía General y el Poder Judicial del estado para amedrentar a la sociedad civil organizada, a los periodistas y a los partidos políticos de oposición. Tal es el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez, y de todas las personas que han sido perseguidas por no alinearse al régimen morenista. Esta actitud, no vista desde la época más obscura del autoritarismo del siglo XX, la asumió como sello distintivo el gobierno de Cuitláhuac García, y parece que también será la insignia del próximo gobierno de Rocío Nahle. Para entender la dimensión de lo que estamos denunciando, podemos afirmar que los gobiernos de estos morenistas son autoritarios en la misma medida que son incompetentes. Los morenistas como Cuitláhuac García y Rocío Nahle no toleran que se ponga en evidencia su incompetencia ni su corrupción. Le temen a cualquier ciudadano libre, que, en pleno uso de sus derechos, se pronuncie y actúe en contra de sus atropellos. La persecución que muchos han sufrido en este sexenio, tiene por objetivo causar temor en los ciudadanos informados, conscientes y comprometidos con la causa de un Veracruz mejor para todos.
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