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XALAPA.- En un intento por desviar los señalamientos de presunta corrupción en su contra, la candidata a la gubernatura del estado de Veracruz, Rocío Nahle García, ha recurrido nuevamente a la estrategia de la negación y la victimización. En medio de acusaciones sobre presunto enriquecimiento ilícito, Nahle García ha negado rotundamente todas las acusaciones. En una entrevista reciente para un medio nacional, la candidata desestimó las acusaciones del empresario Arturo Castagné como parte de una "campaña negra y difamatoria" orquestada por la familia Yunes, su principal adversario político. Nahle García se ha intentado defender argumentando que las críticas en su contra son infundadas y forman parte de una estrategia de la oposición para desacreditarla. En ese sentido, rechaza enérgicamente las acusaciones de tener propiedades en el extranjero o cuentas bancarias en paraísos fiscales, así como de haber favorecido a empresas en la asignación de contratos durante su gestión en la Secretaría de Energía. Sin embargo, fiel a su costumbre, no mostró ninguna prueba o algún contrato de arrendamiento sobre la casa de El Dorado que presuntamente renta, para tratar de redimir su imagen. Por el contrario, sigue optando por esquivar los cuestionamientos. En cuanto a las acusaciones de haber otorgado permisos a empresas relacionadas con la construcción de la refinería Olmeca en Dos Bocas, Nahle García se deslindó de cualquier responsabilidad, afirmando que dichos permisos eran competencia de la Comisión Reguladora de Energía y que durante su mandato no tuvo injerencia en dichas decisiones. En medio de este escenario, la candidata ha reiterado que su campaña se centrará en presentar propuestas concretas para el estado de Veracruz y ha asegurado que no permitirá que las “acusaciones infundadas” interfieran en su estrategia política. Afirmó que su compromiso sigue siendo con los ciudadanos y que continuará trabajando por el bienestar del estado, a pesar de los intentos de desacreditarla. Lo curioso, es que si se hace una encuesta en la calle, casi por seguro 8 de cada 10 veracruzanos no sólo no sabrían quién es Nahle, sino que menos aún podríamos encontrar una persona que pueda nombrar una sola propuesta de ella, puesto que no tiene. Su campaña ha girado en torno a llenar eventos con acarreados proporcionados por gobierno del estado y ayuntamientos afines, así como victimizarse cada vez que un opositor la cuestiona. Mientras tanto, se sigue tejiendo en torno a ella el manto de la opacidad y de la presunta corrupción, aunado al hecho de que los veracruzanos quieren ser gobernados por un veracruzano de verdad, no por una zacatecana que ni siquiera conoce la entidad.
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