XALAPA.- Tras una agitada sesión ordinaria del Consejo Estatal de MORENA 2024, donde la zacatecana Rocío Nahle fue finalmente ratificada como candidata a la gubernatura de Veracruz, el dirigente estatal Esteban Ramírez Zepeta sale a intentar calmar las aguas, insistiendo en la unidad del partido ante las tensiones surgidas por la postulación de candidaturas; sin embargo, las declaraciones de Ramírez Zepeta no lograron disipar las dudas sobre la verdadera cohesión interna del partido. Y es que muchos observadores señalan que las divisiones son evidentes y que la postura del dirigente estatal parece más un intento por ocultar las grietas internas que una genuina muestra de unidad. De hecho se entiende su comportamiento: ante el evidente rezago que esta siendo sometido el grupo cercano al gobernador en la campaña, es natural que el líder estatal siga los pasos de Mario Delgado al congraciarse con la candidata oficialista con la finalidad de buscar su supervivencia política. Aunque el dirigente enfatiza el compromiso del partido con la Cuarta Transformación, muchos militantes expresan abiertamente sus inconformidades y discrepancias con las decisiones tomadas en la cúpula del partido. La disputa por las candidaturas y las acusaciones de falta de transparencia en el proceso han dejado al descubierto las fisuras dentro de MORENA. En ese sentido, Ramírez Zepeta explica la estructura interna del partido y destaca la importancia de los órganos encargados de conducir el proceso de selección de candidatos; sin embargo, los más críticos cuestionan la imparcialidad de estos órganos y señalan posibles favoritismos que podrían exacerbar las divisiones internas. En cuanto a las candidaturas, la incertidumbre persiste, con señales de descontento entre los aliados del partido y rumores de posibles retiradas, por lo que las próximas semanas serán decisivas para definir el panorama electoral y determinar si realmente la unidad de MORENA es sólida o solo una ilusión. Por todo lo anterior, se infiere que la ratificación de Rocío Nahle como candidata oficial no ha logrado calmar las aguas en MORENA: al contrario, lo ha empeorado. Mientras las divisiones internas se van acrecentando y las disputas por el poder político continúan, va quedando al descubierto la fragilidad de la supuesta unidad de ese partido en un momento crucial para la política de Veracruz.
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