Lo prometido es deuda sobre datos exclusivos del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Llama poderosamente la atención el reconocimiento que hace el gobernador del Estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez de la comisionada presidente del IVAI, Naldy Patricia Rodríguez Lagunes cuando señala que “ha realizado una excelente labor administrativa” al frente de este organismo autónomo, pues “dice” haber logrado equilibrar y “limpiar” las finanzas de ese instituto y además, asegura el que calienta la silla estatal: “debiera ser ejemplo para otros estados de la república”.
Esto en declaraciones recogidas el pasado 27 de abril del año en curso en los portales de El Portavoz Veracruz y Crónica de Xalapa. Para el gobernador la función sustantiva del IVAI es la administración de los millones de pesos que la Legislatura le asigna cada año y de manera marginal, la de promover la transparencia de los asuntos públicos del estado de Veracruz, la protección de los datos personales de los ciudadanos y la promoción de la ley de archivos.
Sería suficiente darse una vuelta por los Informes de los años 2020 y 2021 de la Cuenta Pública del ORFIS, para identificar que una observación permanente a este organismo es el nulo control interno. Esto es, si una gestión administrativa no cuenta con un ambiente de control interno, responsabilidad de su titular, es imposible tener una gestión administrativa eficaz y transparente.
Los errores administrativos se multiplican y los costos de estos más tarde o temprano saldrán a la luz. Tal vez esto pueda explicarse por qué la comisionada presidenta tiene como responsable del área administrativa a una arquitecta que trata al personal con desprecio bajo el yugo de “el que paga, manda”.
¿Por qué la comisionada presidenta del IVAI Naldy Rodríguez nombra a una arquitecta al frente de la Dirección de Administración y Finanzas si no cuenta con el perfil profesional para ello? Es así porque el reclutamiento del personal en el IVAI es por el esquema de cuates y cuotas, priismo puro en la 4T, traducido en cero control interno, incumplimiento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, que establece en los artículos 94, 95 y 96 la obligación de implementar el servicio civil de carrera, lo que no ha hecho en tres años de estar al frente del Instituto.
Por lo que esta flamante funcionaria y defendida por el gobernador acredita el delito de incumplimiento del deber legal, entre otros. Mismo que citamos a continuación:
“Artículo 94. El Servicio Profesional de Carrera es un mecanismo para garantizar la igualdad de oportunidades, con base en el mérito y con el fin de impulsar el desarrollo de los servidores públicos de este Instituto. Artículo 95. Los servidores públicos de carrera se clasificarán en servidores públicos eventuales y titulares. Los eventuales son aquellos que, siendo de primer nivel de ingreso, se encuentren en su primer año de desempeño. El servidor público de carrera ingresará al Servicio Profesional a través de un concurso de selección y sólo podrá ser nombrado y removido en los casos y bajo los procedimientos previstos por el reglamento que para el efecto emita el Instituto.
Artículo 96. El Pleno emitirá el Reglamento para el Servicio Profesional de Carrera, para la selección, permanencia, promoción, capacitación y actualización del personal hasta el nivel inferior jerárquico al del titular del área correspondiente.”
El gobernador en su papel de vocero de la empleada del afromexicano que despacha como Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos debe revisar algunos datos, por ejemplo ¿Cuántas Denuncias de Incumplimiento de Obligaciones de Transparencia (DIOT) tiene su oficina y cuántas tiene su subalterno? Tal vez así le quede claro cómo abusan de su “buena voluntad” y cómo con fumarolas le tapan la realidad. La traición está tendida.
Y así su presidenta está maniobrando para volver a quedarse tres años más al frente del IVAI. “La historia una vez como tragedia y después como comedia”.
***Veracruz. La legitimidad perdida.
Tal vez el gobernador del estado de Veracruz Ing. Cuitláhuac García Jiménez no encuentra la fórmula política para conectar con la población pues en sus adentros sabe que el pueblo de Veracruz votó por el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y a petición de éste votaron por él.
Sin embargo, la falta de resultados en su gestión, como el anunciado tren suburbano que correría de La Joya a las Trancas, la lucha contra la corrupción, el arribo de inversiones, y el paraíso de la izquierda, lo arrojan en el lugar 30 de aceptación en las diferentes mediciones de popularidad, de 32 entidades federativas.
En la búsqueda de la legitimidad perdida, que nunca encontrará, ahora se ha transformado en el vocero de los órganos autónomos como son la Fiscalía General del Estado en manos de Verónica Hernández Giadans y el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, bajo la titularidad de Naldy Patricia Rodríguez Lagunes, ambas instituciones controladas por telepatía por su secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos que un día sí y el otro también, integra pruebas para “vacunarse” cuando la justicia le quiera echar la mano y estar en condiciones de delatar a su jefe, para salvar su propio pellejo.
Esta vocería acredita varias cosas: La primera, que no existe la autonomía de los órganos autónomos, pues los informes que debieran rendir éstas a la sociedad son suplantadas por el vocero gubernamental, quien debe entender otros rubros y no de esta función. Es un acto de abuso de autoridad, de intromisión, pues se extralimita en sus funciones, además se presenta a los medios de comunicación con información insuficiente, cayendo en temas falsos y que solamente lo exhibe como un incompetente gobernante, una mala copia del presidente de la República.
Es triste realidad, que el gobernador cada día se desdibuja más al frente del gobierno estatal y existe una clara preocupación en los círculos de la CDMX, pues se observa a la aplanadora jarocha que puede girar hacia otro candidato, mismo, no esté relacionado con el actual gobernador, aquella aplanadora que le dio un millón de votos al presidente frente a Ricardo Anaya. Pues el gobierno estatal se ha transformado en un lastre y puede echar por la borda la continuidad de la 4T.
Recuerde como Javier Duarte de Ochoa contribuyó de manera significativa en el derrumbe del PRI.
Hoy a pesar de las miles de bardas pintadas a favor de Claudia Sheinbaum Pardo y la distracción de dineros públicos para este propósito, nada garantiza que gane la encuesta en Veracruz, pues el pueblo raso está molesto con esta gestión gubernamental caracterizada por el nepotismo, la incompetencia de servidores públicos sin perfiles para el puesto y la persecución política que tiene en la cárcel a presos políticos con base en falsas denuncias y fabricación de pruebas, coludido con jueces direccionados desde la Secretaría de Gobierno.
Esto observa el pueblo que dará la espalda a Claudia Sheinbaum al igual a la zacatecana Norma Rocío Nahle García, pues se les relaciona con el actual gobernador, distraído en hacerla de vocero, organizar manifestaciones ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando debiera estar al frente del gobierno estatal y peor, colocando a incompetentes en puestos en la FGE o en el IVAI, que sólo sirven para disminuir aún más la poca credibilidad con que goza el estulto Cuitláhuac.
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