De Veracruz al mundo
A la medida
Antonio Selem Hurtado de Mendoza
2019-08-04 / 21:52:32
La deuda estatal veracruzana: gran negocio de los bancos y asociados
La frase se la atribuyen a Albert Einstein: “Locura es hacer lo mismo una

vez tras otra y esperar resultados diferentes” y no lo dijo refiriéndose a

reestructuras financieras, pero aplica.

Existe un reto hoy en Veracruz: no es hacer más con menos; el reto es

hacer todo sin nada. Y para ello se requiere imaginación y un gobernante

decidido, ocupado del futuro de los veracruzanos y aplicado a ello.

El asunto más importante que afecta la vida de los veracruzanos, es, sin

duda, la carga de la deuda heredada por las administraciones anteriores.

El presupuesto anual del Gobierno de Veracruz es de $128 mil millones de

pesos al año de acuerdo a la ley de egresos aprobada para este 2019. Es

el tercer monto más importante del país para las entidades federativas.

El pago de intereses que realiza el gobierno del Estado cada año es de

aproximadamente $4,500 millones de pesos al año -de los cuales es

insignificante el abono a capital-, que sumado al desequilibrio entre

ingreso y gasto cada año, deja prácticamente inmovilizado al Gobierno y

por lo tanto, sin un peso para invertir en los servicios indispensables que

debe dotar a la población.

No hay inversión pública, los hospitales y los servicios médicos se

encuentran en deplorables condiciones, no hay medicinas, las escuelas

públicas no tienen mantenimiento ni acceso a nuevas tecnologías y así

cada una de las áreas de desarrollo económico y social de nuestro Estado

están rezagados y empeorando. El campo no produce ni el turismo es lo

que pudiera ser. El desempleo y la inseguridad ascienden y son mellizas.

La migración por falta de inversiones también. La autoestima de los

Veracruzanos baja y no somos el Estado más deseable para invertir,

trabajar o vivir.

Hay serias dudas sobre si este Gobierno, a pesar de sus buenas

intenciones, tiene el oficio y talento que se requiere para gobernar en

aguas turbulentas. En 1985 se hablaba de la posible remoción del

gobernador. “Para el buen navegante, no hay malos vientos” solía repetir

el ex gobernador Don Agustín Acosta Lagunes aludiendo a Séneca y

acabó su gobierno con un excepcional manejo financiero y una

impresionante obra pública. La seguridad la llegó a arreglar en 40 días,

otra gran mandatario veracruzano, de cuando gobernar era un arte: el

inolvidable Don Fernando Gutiérrez Barrios. Cada uno experto.

Hoy Veracruz requiere lo mejor de ellos sintetizado en el gobernante

actual. Para ello requiere ser humilde, escuchar y rodearse de los mejores;

no de aduladores que echan a perder aún a los políticos más avezados.

La semana pasada, el Congreso del Estado aprobó la reestructuración de

$41,700 millones de la deuda estatal a iniciativa del C. Gobernador del

Estado. La propuesta busca liberar $2,700 millones de pesos en este

sexenio y alrededor de otros $1,900 millones de pesos durante los

primeros tres años del gobierno estatal próximo. También bajar el plazo de

pago de 21.5 años a 20 años. Para ese entonces, la deuda y el deficit

acumulado obligarán a una nueva reestructura haciendo impagable esta

eterna losa que asfixia la economía de las familias veracruzanas.

Nunca ha quedado claro a cuánto asciende realmente la deuda estatal

que paga intereses y fue contratada en diferentes fechas durante las

administraciones anteriores cuando la tasa de referencia TIIE oscilaba en 5

puntos anuales. Por ello se infiere que la deuda podría alcanzar los 90 mil

millones de pesos si hubiera sido pactada a tasas cercanas a esos 5

puntos. Tampoco sabemos quienes son los acreedores ni las

características de los contratos; menos que gastos y notarios participaron

en la formulación de los mismos.

Pero más allá de la cifra real de la deuda, lo que es una verdad inobjetable

es que se tiene paralizado y sin futuro a Veracruz.

¿Porqué se proponen soluciones como la reestructura que no significan

un alivio comparando lo desproporcionado del beneficio contra la

magnitud de la carga financiera?. Un Gobierno como Veracruz no hace

nada con una inversión de $1700 millones de pesos en 5 años tras

descontar los $1mil millones que se pagaran por la reestructura.

¿Porque seguir pagando intereses cuando el Gobierno del Estado tiene

una herramienta de negociación de la deuda altamente deseable para

cualquier institución bancaria?: el ejercicio de su presupuesto anual con

la dispersión de pagos de nómina estatal y el gasto, a través de las

instituciones bancarias, lo que se hace con cheques, transferencias o

tarjetas de débito que no generan intereses para el Estado ni para sus

empleados ó beneficiarios y sí grandes ingresos para los bancos.

¿Cuánto significa de utilidades a un banco, manejar sin costo

financiero $128 mil millones de pesos y tener cautivos a 90,600

empleados más la chequera de los beneficiarios de esos pagos?

Mucho, muchísimo más que los $4,500 millones de pesos que cobran

al gobierno del Estado por intereses.

Si el gobierno del Estado pusiera a subasta entre sus acreedores

bancarios, la exclusividad en el manejo de esos recursos, se la pelearían,

ofreciendo al Estado las mejores condiciones. Eso nunca se ha hecho,

pero para salir de las Crisis, se requiere de imaginación y rigor, como lo

decía el gran economista del siglo pasado John Maynard Keynes.

El actual Gobernador y su Secretario de Finanzas, así como los

integrantes del Congreso, deberían analizar esta propuesta y observar su

racionalidad, para condicionar esa subasta y exigir para las arcas

estatales, en contraprestación, la cancelación del pago de intereses y la

deuda: no sería necesario reestructura alguna.

Hacerlo, salvaría a Veracruz de la profunda crisis económica que

tiene comprometido su futuro y perdida la esperanza de la mayoría de

sus 8 millones de habitantes. La deuda estatal generada por malas

prácticas y falta de rigor, se ha vuelto una losa que agobia a las

familias veracruzanas. Para los gobernantes, no sólo es su

obligación legal velar por los intereses del pueblo, sino una necesidad

moral y ética que todo veracruzano debería apoyar.

Veamos:

¿Cuál es el negocio bancario en este asunto de la deuda

veracruzana?

Recaudar y colocar $128,000 millones de pesos a la tasa TIIE (8

puntos) más otros 8 puntos de intermediación en préstamos a

terceros a tasas comerciales del 16% anual representan a los

bancos un ingreso anual de: $20,480 millones de pesos sin considerar

comisiones.

¿No sería justo que el 50% de esos recursos se dedicara al pago de

capital adeudado e intereses?.

Pero en las condiciones actuales, esta captación de recursos le

cuesta cero pesos a los bancos y además el gobierno Estatal está

pagando $4,500 millones de pesos anualmente de intereses.

Impensable que tenga que pagar porque le presten su propio dinero y

además pague otros $1 mil millones de pesos por “gastos” de

reestructura.

Sr. Gobernador:

Respetuosamente le propongo hacer una análisis de negociación con

acreedores usando su mayor fortaleza: la deseabilidad de cualquier

institución acreedora por tener exclusividad en el manejo del

presupuesto estatal.

Inténtelo. Los veracruzanos se lo reconoceremos.

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