EL TEMA DE LAS patrullas, parece convertirse, en el Estado de Veracruz, en la primera manifestación de irregularidades administrativas, cometidas por funcionarios del régimen cuitlahuista y de una enorme contradicción con los principios fundamentales del partido que los llevó al poder.
No hay duda, de que la corrupción, sigue siendo parte del gobierno y de quienes aprovechan para hacerse ricos de la noche a la mañana.
Desde que se cumplieron los primeros cien días de gobierno, mucho se ha escrito en el sentido de que había llegado el momento oportuno para que el mandatario estatal comenzara a sacudirse a los funcionarios que le fueron impuestos y que realizara una primera limpia de sus colaboradores, para que en una evaluación general, pudiera darse cuenta con quien debería contar para seguir adelante con los proyectos gubernamentales.
Sin embargo, estas opiniones se han desdeñado, porque seguramente que hay otros compromisos mucho más fuertes que impiden que el Gobernador del Estado, despida a quienes le están haciendo daño desde el inicio de la administración.
Ahora que su gobierno ya va para los primeros seis meses de gobierno y sin resultados positivos aparentes, se hace mucho más necesario que el mandatario estatal, tome en consideración lo que tanto se ha dicho y que les dé las gracias a los que solo han venido a Veracruz, a ver que se llevan, como supuestamente está sucediendo.
Para empezar, debe hacer todo lo posible para evitar que actos, como la compra irregular de las patrullas policiacas, ya no tengan lugar en una entidad, donde mucho se ha ofrecido terminar con la corrupción y donde el mismo Presidente de la República, ha tenido a bien calificarlo como el gobernador más honesto de todos los que existen.
El mandatario estatal esta profundamente comprometido con los veracruzanos en general, a dejar plenamente aclarado el asunto de la compra irregular de las patrullas, porque de otra manera, en tan solo cinco meses de gobierno, podría perder toda la confianza depositada en su gobierno, a través del voto popular emitido en las urnas el pasado primero de julio.
Es claro que a pesar de lo que ha dicho, el titular del Poder Ejecutivo, en relación a este asunto, no ha dejado satisfechos a ninguno de los veracruzanos, que escucharon sus palabras y esto es bastante preocupante, porque esta de por medio el compromiso mayor del gobierno federal, del mismo partido Morena, y del líder nacional Andrés Manuel López Obrador.
Todas estas noticias que se dieron en relación a la compra de las patrullas, repercutió en el altiplano, de tal manera que han surgido, nuevamente, los
rumores de que el Presidente podría optar, como ya se dijo hace unos meses, por llevarse a Cuitláhuac García Jiménez, a formar parte de su gobierno y buscar la posibilidad de que en el gobierno de Veracruz, entre otro personaje que le pueda dar mejores resultados, pues hay que entender que está de por medio el futuro del partido y del proyecto presidencial.
López Obrador, como tanto se ha dicho, no quiere un gobierno de seis años, sino de que por lo menos se quede un tiempo, como el que ha tenido ya el Partido Revolucionario Institucional, de por lo menos varias décadas.
Y esta preocupación política es la que en estos momentos podría estar en riesgo, cuando menos en Veracruz, donde el mismo Presidente ha venido varias veces con la finalidad de apuntalar las acciones de la cuarta transformación que pretende mantener, como hemos dicho, más allá de los seis años de gobierno.
Y, aunque pocos son los que todavía creen que el principal objetivo de su gobierno es atacar la corrupción, con los actos que se han llevado a cabo en Veracruz, todo hace suponer que no es así, porque la corrupción sigue siendo parte del gobierno y sin que nadie la pueda domar, ya que por más esfuerzos que se realizan, nadie quiere, por lo visto a entrarle a ser verdaderamente honesto.
Cuitláhuac García Jiménez, debe ser claro, llamarle a las cosas por su nombre y no enredarse en el mundo de las palabras, pues esto no le ayuda y al contrario, le perjudica enormemente.
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EL PLEITO O LO QUE SEA, entre el Gobierno del Estado, y la Fiscalía General del Estado, debe terminar cuanto antes.
El que hasta ahora se ha visto beneficiado, es nada menos que el propio fiscal, que a pesar de mantenerse contra viento y marea en su posición, ha logrado más que sus propios detractores.
Por el bien de Veracruz, ambos funcionarios, deben ya fumar la pipa de la paz, pues de lo contrario, las cosas seguirán subiendo de tono y se perderá mucho tiempo valioso, tanto para el gobierno como para la propia fiscalía que tiene, como se sabe, mucho quehacer en este mundo de la violencia.
Las culpas tienen que guardarse para otro tiempo, no para ahora, donde lo principal es atender las necesidades de seguridad de los propios veracruzanos, quienes, de verdad, no tienen nada que ver entre estos enfrentamientos que han puesto en evidencia al Estado.
Para los veracruzanos, el gobierno lo es todo, es decir, incluyendo a la propia Fiscalía, pues todos tienen el compromiso con quienes esperan que haya un trabajo limpio y eficaz a favor de la tranquilidad de la entidad y sus pobladores, porque gobierno y fiscalía, no son entes diferentes.
Y si alguien entiende de funciones, seguramente que estarán de acuerdo en que el Gobierno de Veracruz, es responsable directo de todo lo que pase dentro de su territorio, porque la Fiscalía no es otra esfera de gobierno.
A ella corresponde la investigación de los delitos y la persecución de los delincuentes, mientras que a la Secretaría de Seguridad Pública, tiene como responsabilidad directa la prevención de estos actos fuera de la ley y que en ambas debe haber coordinación para el debido cumplimiento del Estado, en esta materia, por lo que es un compromiso directo de todas estas partes en actuar conjuntamente para mantener la tranquilidad y la seguridad de todos los gobernados.
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ES COMPROMISO DEL poder Judicial del Estado, hacer justicia pronta y expedita, dándole a cada quien lo que le corresponde, atendiendo paso a paso los caminos del proceso judicial, por lo que su mayor responsabilidad es la debida aplicación de la justicia sin distingos de ninguna clase.
Y esto, sin duda alguna, se entiende a la perfección dentro del quehacer que lleva a cabo el Tribunal Superior de Justicia, y quien lo encabeza en toda la entidad, como es el Presidente del mismo Edel Álvarez Peña.
Por ello, no hay que confundir esta misión del Poder Judicial del Estado, con otras responsabilidades que tienen otras instancias, como ya lo hemos señalado también, en relación a la Secretaría de Seguridad Pública, y la propia Fiscalía del Estado.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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