De Veracruz al mundo
FLORENCIO PÉREZ RAMÍREZ
Florencio Pérez Ramírez
2018-08-08 / 22:06:32
Tercera alternancia: cuarta transformación
PRIMERA ALTERNANCIA: En el año 2000, Vicente Fox Quezada se asumía como el gran vencedor de la hegemonía priísta de más de setenta años. El 2 de agosto recibió del entonces Tribunal Federal Electoral (TRIFE) su constancia de mayoría como Presidente electo. Un hecho inédito sería el signo de los tiempos: al día siguiente de la elección, Fox se reunió con Ernesto Zedillo para “acordar los mecanismos de colaboración”.



SEGUNDA ALTERNANCIA: En el 2012, el 31 de agosto Enrique Peña Nieto recibió del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) su constancia de mayoría.



TERCERA ALTERNANCIA: El 8 de agosto del 2018, Andrés Manuel López Obrador recibe su constancia de mayoría en un ambiente muy diferente en todos sentidos, a las dos alternancias anteriores.



En el 2000, Fox tuvo la gran oportunidad de ser verdaderamente artífice de una real transición política y social, no solo de una alternancia. Esa oportunidad se perdió, entre otras cosas por la carencia de proyecto de gobierno, la escasa preparación de equipo cercano; la incapacidad de interlocución con los grupos políticos; y sobre todo, por el desconocimiento del ejercicio del poder, a pesar de su paso por la gubernatura de Guanajuato. Pero también por el exceso de ambiciones personales de sus grupo cercano, como la de su entonces vocera presidencial y posterior esposa, Martha Sahagún.



Un político miembro del grupo compacto de Vicente Fox, me comentaba en alguna ocasión, la ignorancia e incapacidad del ejercicio de gobernar que mostro Vicente Fox, ante los embates de Elba Esther Gordillo, del priismo, de los dirigentes sindicales, de los medios de comunicación, de sus propios correligionarios que le exigían posiciones en las distintas áreas del gobierno; y que terminaron por “entregar” el gobierno a dichos pactos, y hacerlo rehén de su propia ineficacia.

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Vicente Fox no aprovechó jamás, que Ernesto Zedillo había construido una ruta fundamental que rompía la maldita tradición de devaluaciones sexenales. La independencia del Banco de México fue una gran medida que permitió que los saqueos sexenales de las reservas nacionales, se repitieran con la llegada del Panista; y con ello garantizaba una gran estabilidad económico financiera que requiere todo gobierno para operar desde sus inicios.



El PRI que sólo fue derrotado pero no noqueado, como ahora, se asumió como oposición y se mantuvo fuerte, cohesionado, con recursos y sobre todo con muchos grupos en el poder, tanto estatales como en el Congreso federal, que le permitieron la sobrevivencia política y el retorno doce años después.



La debilidad gubernamental también mostraron la inexperiencia y debilidad hacia el exterior. Los conflictos internacionales con Bush, países del cono sur, la fallida candidatura, de Luis Ernesto Derbez a la secretaria general de la OEA; la irreverente propuesta de mediar entre las dos Coreas; el “comes y te vas” entre muchos otros errores, fueron la parodia de la política exterior mexicana. Lo único salvable quizá, fue el papel de Adolfo Aguilar Sinzer en la ONU, que acabó renunciando por conflictos con el grupo cercano al Presidente fox.



En el 2012, Enrique Peña Nieto llega con una oportunidad de oro, no sólo para su partido sino por la legitimidad electoral diferente a la debacle de Felipe Calderón. Sin embargo, sus mega-proyectos y mega-reformas, se centraron en terminar el saqueo de la riqueza nacional, con las privatizaciones que Carlos Salinas dejó inconclusas.



Hoy, 8 de agosto del 2018, México inicia una tercera transición. Una buena parte de los mexicanos, mucho más del 53.20 % de quienes votaron por él, esperamos que no sólo sea una alternancia, sino definitivamente una verdadera transición. Hoy no hay PRI, no hay PAN, no hay oposiciones; hay estabilidad financiera con todo y la enorme deuda.



En estos treinta días pos-electorales, el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrado,r ha “planchado” todo lo planchable. Los nombramientos de algunos funcionarios de primer nivel, advierten profesionalismo, experiencia, conocimiento, confianza y sobre todo, ejercicio del Poder.



La improvisación, inexperiencia y desconocimiento de Vicente Fox fue letal para México. La ambición desmedida, las colusiones y componendas de corruptelas al más alto nivel del gobierno de Peña Nieto, fueron lamentables para México.



Hoy inicia la tercera alternancia, pero lo más importante sin duda es, lograr realmente esa CUARTA TRANSFORMACIÓN. El PROYECTO DE NACIÓN, como documento rector del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, perfila efectivamente un nuevo rumbo para México. QUE ASÍ SEA, POR EL BIEN DE MÉXICO.

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