Acepta Luisa Alcalde que 63 candidatos de diversos partidos han solicitado seguridad en Veracruz ante clima de violencia MEMORANDUM 1.- Al referirse a la inseguridad que ha afectado el proceso electoral municipal, Luisa María Alcalde Luján, dirigente Nacional de Morena, reconoció que son 63 candidatos de diversos partidos los que han solicitado el acompañamiento y las autoridades han dado todas las facilidades para que tengan la protección y la tranquilidad. Refirió que aunque se tiene la confianza de que la población en Córdoba va a votar el próximo primero de junio por Morena y que se tienen condiciones en los 212 municipios de Veracruz para obtener el triunfo, tampoco se confían. "Eso de ya ganamos, ya no es necesario salir a votar, nada de eso. Que todas y todos salgamos a votar, que todos apoyemos en la defensa del voto y que sigamos apostando a seguir avanzando en la transformación en el país", afirmó. La dirigente nacional morenista destacó que se cuenta con muy buenos candidatos, ciudadanos, empresarios, gente con trayectoria en sus comunidades que tienen la intención de hacer lo mejor para sus ciudadanos y sus hijos. Dijo que si hay un pueblo consciente es el veracruzano y sin duda la gente no piensa en regresar a los gobiernos de corrupción. Con relación a la reforma constitucional sobre el nepotismo que entrará en vigor 2030, aseguró que al pueblo de México no le gusta el nepotismo ni que los presidentes municipales le hereden los cargos a sus hijos. "No les gustan los cacicazgos, no les gustan las familias que se quedan durante años en el poder, por eso se llevó a cabo esta reforma, que si bien se llevó a cabo en el 2030, dentro de Morena ya se tomó un acuerdo del Consejo Nacional para poder hacerla obligatoria desde ya", sostuvo. Por último, Alcalde Luján afirmó que buscar perfiles distintos ha representado un trabajo importante.
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A pesar de que ya lleva dos muertitos al pico, presume Zepeta que ningún candidato de Morena ha renunciado por inseguridad MEMORANDUM 2.- A pesar de que ya lleva dos candidatos asesinados debido a los hechos de violencia ocurridos en las últimas semanas, el dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, presumió que el resto se mantiene firme y ninguno ha renunciado. Dijo que se ha mantenido en constante comunicación y pláticas con candidatas y candidatos, los cuales hasta el momento no han pedido renunciar. "Yo he platicado con los compañeros, compañeras candidatas y no, hasta ahorita no ha habido renuncia alguna de algún compañero o compañera candidata, hasta el día de hoy no hemos tenido ninguna renuncia", aseguró. De igual forma, cuestionado sobre quién ocupará la candidatura de Texistepec después de lo ocurrido con la candidata Yesenia Lara, el dirigente morenista puntualizó que ya está en trámite el registro de la persona que tendrá la nueva candidatura por aquel municipio y será en cuestión de días que se anuncie. Recordó que en Coxquihui, la candidatura fue repuesta inmediatamente, tras la muerte del candidato Germán Anuar Valencia y ahora será su hijo Román Valencia el candidato.
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Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en crímenes de odio contra personas trans, pese a reforma a códigos, revelan activistas MEMORANDUM 3.- Leah Rivas, psicóloga y defensora de los derechos de las mujeres y las personas trans a nivel nacional, señaló que se enfrentó a un sistema educativo que no solo ignoraba su identidad, sino que la castigaba por ella. El uso del maquillaje, las uñas pintadas o el cabello pintado de un color claro, se convertían en motivo de sanción. Recuerda que cuando empezó a llevar falda fue todo un proceso dentro de la institución, pues se dio cuenta de la violencia machista que se replicaba en las aulas manifestada a través de regaños, como los que dirigían a las mujeres por no sentarse bien e “incitar a los hombres”. “¿Por qué a nosotras nos regañan? Cuando vamos subiendo las escaleras y los hombres nos ven desde abajo con morbo, ¿por qué a ellos no les dicen nada? ¿Por qué somos nosotras las que los provocamos y no ellos los que nos vulneran de cierta manera? Todas estas situaciones fueron las que me empezaron a hacer clic sobre por qué nosotras no y ellos sí”. Además, la activista dijo que se tuvo que enfrentar a la manera en que las instituciones normalizaban la violencia simbólica y estructural: incluso en espacios a los que era invitada por ser creadora de contenido en redes, la negativa a reconocer su identidad, así como el señalamiento por usar el baño de mujeres. “Recuerdo que una compañera fue y le dijo a los directivos que le dio miedo porque sentía que le iban a hacer algo. Yo nada más entré a hacer pipí”. Leah no se quedó en silencio. Estas experiencias fueron el motor que la empujó al activismo. Su primer acercamiento fue a los 16 años, cuando elaboró una nota sobre feminismo y personas trans que le valió un premio estatal. Desde entonces, su compromiso se fortaleció con el acompañamiento de la activista Yaz Bustamante, a quien Leah llama “mi mamá en el activismo”. Durante años, las personas trans en Veracruz tuvieron que litigar por su derecho a existir. Para cambiar su nombre y género en documentos oficiales, debían enfrentarse a un juicio de amparo, un proceso lento, caro y violento. El 7 de abril de 2025, el estado de Veracruz reformó su Código Civil para permitir que las personas trans realicen su cambio de identidad de género por la vía administrativa. Esta modificación, aunque celebrada por activistas, defensores y defensoras de derechos humanos, no resuelve del todo la deuda histórica del Estado con la población trans. La reforma llega tras décadas de exigencias, múltiples amparos y vidas vulneradas en un entorno legal y social hostil. Stephan Rodríguez, abogado, quien ha litigado múltiples casos en defensa de los derechos de identidad, puesto que él mismo forma parte de la comunidad trans, explicó que en Veracruz no existe la ley de identidad de género o la ley trans. Lo que existe y lo que se generó recientemente en el estado fue un decreto por el cual se reforman determinados artículos del Código Civil del Estado de Veracruz. De acuerdo con Stephan el principal cambio que trajo la reforma no es sólo simbólico, sino jurídico: ahora, el derecho al reconocimiento de la identidad de género tiene un soporte legal directo, lo que permite una tutela efectiva del derecho al libre desarrollo de la personalidad. La diferencia hoy es clara: una persona trans puede acudir directamente al Registro Civil, solicitar el cambio de nombre y sexo en su acta, y obtener una nueva en un plazo no mayor a siete días. Antes, ese mismo trámite podía tardar hasta ocho meses. “Ya no es necesario un juicio de amparo, sino que yo nada más me apersono en la Dirección General del Registro Civil o en mi oficialía y realizo el trámite de manera administrativa”, añadió. Además de litigar casos en Veracruz y otros estados, Stephan ha empujado protocolos institucionales: fue el primer hombre trans que hizo el cambio en la Universidad Veracruzana (UV). Y gracias a su caso, la UV creó un protocolo para hacer los cambios de identidad de género en sus títulos. En 2020, Stephan fue de los primeros en aprovechar un acuerdo administrativo emitido por el entonces gobernador Cuitláhuac García que, de forma inédita, permitió los cambios de identidad sin necesidad de juicio. Hoy, con la reforma, el trámite ya está plenamente respaldado por ley. Este avance, aunque reciente, es el resultado de años de luchas y litigios. Stephan recuerda que, en 2005, una chica trans en Veracruz fue la primera en lograr que la Suprema Corte ordenara el reconocimiento de su identidad, sentando un precedente clave. Casos como ese fueron abriendo el camino para que, dos décadas después, el derecho se tradujera en una política pública clara. “En su momento, cada quien tuvo que encontrar su propio camino legal: juicios de amparo, nulidad de acta, demandas ordinarias. Hoy, por fin, existe un mecanismo administrativo para acceder a un derecho que nunca debió estar condicionado”. Aunque la reforma marca un hito, Stephan y Leah advierten grandes omisiones: no se incluye a personas no binarias, ni a infancias y adolescencias trans, y no tipifica el transfeminicidio como delito. “La ley no menciona a menores. Si una adolescencia quiere su nueva acta, necesita ir a juicio. Eso sigue vulnerando su derecho al libre desarrollo”, explica Stephan. Él mismo está preparando un amparo para un joven de 16 años que quiere iniciar la preparatoria con documentos acordes a su identidad. Leah Rivas explica que como integrante de la Red Estatal Trans, fue una de las impulsoras de la nueva ley de identidad en Veracruz. Participó en mesas de trabajo con funcionarios y funcionarias, así como en el asesoramiento de la redacción legal y ayudó a cerrar vacíos que pudieran ser usados en contra. Aseguró que se presentaron tensiones internas dentro de los propios espacios de discusión. Uno de los retos más complejos fue el reconocimiento de las identidades no binarias, pues muchas de las personas adultas que integran la red y participaron en las mesas de trabajo manifestaron incomodidad ante la existencia de identidades fuera del binarismo de género. “Para ellas, el binarismo existe: eres mujer o eres hombre”. Esta resistencia dificultó la inclusión plena de las personas no binarias en el proyecto y, según Rivas, incluso hubo quienes, de forma encubierta, modificaron el proyecto antes de presentarlo para excluir explícitamente a las identidades no binarias del alcance de la ley. “Ahora la ley está adecuada para que solamente hombres y mujeres trans puedan cambiar su identidad. Entonces en esta ley no son reconocidas las personas no binarias”. Sobre el transfeminicidio, Stephan es claro: “Tú te vas al Código Penal del Estado de Veracruz, buscas transfeminicidio y no existe. Existe el feminicidio, pero el transfeminicidio no está dentro del catálogo de delitos que prevé nuestro Código Penal”. Por su parte, Jocelyn Rodríguez, coordinadora estatal de Casa de las Muñecas Tiresias Veracruz, afirmó que “Veracruz ha sido de los estados más violentos hacia la población trans”. Desde su experiencia como mujer trans y activista, Jocelyn sabe que el reconocimiento jurídico es solo una arista: la discriminación estructural persiste, sobre todo en salud, empleo y seguridad. “Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en crímenes de odio contra personas trans”, denuncia. Jocelyn celebró la aprobación de la reforma, pero subraya que lo que sigue es la ley de transfeminicidio, el cupo laboral trans y garantizar espacios públicos seguros. “Ya no somos una comunidad. Somos una población”, afirma. Por su parte, Leah afirma que todavía hay mucho por hacer para que los derechos de las personas trans sean respetados por completo. “Sin estigmas y sin prejuicios más que nada”. Además, insiste en que las instituciones deben aplicar los protocolos de atención que ya existen desde 2010, pero que siguen teniendo vacíos legales. Para Leah, la lucha no termina con el acta. “Más del noventa por ciento de las personas trans no tienen trabajo formal, entonces el no tener trabajo formal no te brinda una estabilidad económica y si estás luchando por una vivienda digna no tienes acceso a hormonas, no tienes acceso a cirugías y es eso, que esta ley mire todas estas realidades que vivimos las personas trans, porque no todas las personas tenemos los privilegios de ser estables económicamente y más siendo una persona trans en el estado de Veracruz que es peligroso, excluyente, transfeminicida y que no hay trabajo para las personas trans”. Expresa la urgencia de que los protocolos se conviertan en obligación, no en recomendación. “Hay capacitaciones, sí, pero no son suficientes. Las instituciones deciden si aplican o no. Y eso nos deja vulnerables”. Leah exhortó a la comunidad activista a la apertura de mente y la colectividad, pues hay activistas que piensan que esta lucha y este trabajo es personal y solo acuden a las entrevistas sin pleno conocimiento del tema del que hablan y de lo que se trabaja. “Respeto mucho el trabajo de los activistas en Veracruz, que en su mayoría son adultos ya mayores, bueno, tienen muchos años luchando, pero también tenemos que entender que así como el activismo y la sociedad cambian, las luchas sociales también”. Leah propuso una lucha interseccional, que reconozca las distintas violencias que enfrentan personas trans racializadas, trabajadoras sexuales, migrantes o con discapacidades. “No todas vivimos lo mismo, y no podemos ignorar las luchas que no nos atraviesan directamente. Tenemos que abrazarlas también”. En medio de este contexto de logros parciales y exclusiones persistentes, la colectividad sigue siendo el arma más fuerte. “Es un avance en materia de derechos humanos, porque nos brinda seguridad y resguardo político de nuestros derechos. Sin embargo, de esta ley se derivan otras más que deberían de ponerse a pleno y deberían votarse a favor, porque el que seamos reconocidas legalmente no significa que se va a borrar toda la violencia que vivimos afuera, entonces, es el primer paso para seguir reconociendo los demás derechos que nos son negados de manera histórica”, concluyó.
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